el periodista saudita Jamal Khashoggi entró al consulado de su país en Estambul y nunca salió con vida. El asesinato del crítico con la monarquía de la familia al Saud hizo posar los ojos de todo el mundo sobre el Reino del Desierto. Aún están por verse los costos políticos para el rey Salmán y el príncipe heredero Mohamed bin Salmán –conocido como MBS–, mientras sigue sin revelarse la verdad de lo que le ocurrió a Khashoggi. Analistas de política internacional consultados por Páginal12, sin embargo, estiman que el asesinato del periodista no va a perjudicar los negocios entre Arabia Saudita y Occidente.
“Yo, por ahora, no veo muchas consecuencias para Arabia Saudita desgraciadamente”, dijo el doctor en Estudios Arabes e Islámicos y docente de la Universidad de Qatar, Luciano Zaccara, a este diario. “Desde el punto de vista político, el único gobierno que ha sido más duro fue Alemania, que Merkel ha dicho que van a suspender la venta de armas. Pero, después, ningún otro gobierno”, afirmó. Desde el punto de vista económico, explicó Zaccara, las compañías no van a cortar sus relaciones con Arabia Saudita. “Cabe ver el foro económico que realizó Riad la semana pasada. Todo el mundo había dicho que no iba a ir. No obstante, se comprobó que los que no han ido son los CEO, pero eso no quiere decir que las empresas no estuvieran representadas”, sostuvo.
Tampoco quienes podrían verse circunstancialmente beneficiados con una crisis en Riad –Irán y Qatar– están haciendo leña del árbol caído. “Algunos coinciden en que ésta es una oportunidad para que Irán y Qatar pueden aprovechar el momento para solucionar sus problemas con Arabia Saudita”, aseguró Zaccara. El profesor se refería, por un lado, al bloqueo impuesto por el reino saudí a Doha, y, por el otro, a la guerra en Yemen, en la que se enfrenta indirectamente con Teherán.
El presidente estadounidense, Donald Trump, por su parte, respaldó, aunque con algunos matices, desde un primer momento al gobierno saudita. “Era lo esperado”, aseguró Zaccara. El académico explicó, no obstante, que, a pesar de las reservas del magnate neoyorquino, el Congreso estadounidense está presionando mucho al mandatario para que tome alguna medida, aunque Trump posiblemente esté esperando a ver cómo queda conformado el Parlamento después de las elecciones de medio término del 6 de noviembre.
El caso del periodista asesinado, se da, asimismo, en un contexto en el que se está llevando adelante un cambio en la política de Estados Unidos hacia Arabia Saudita, explicó a Páginal12 Julio Burdman, profesor del Seminario de Geopolítica de la UBA. “(El ex presidente estadounidense Barack) Obama había tratado de mantener una mayor distancia y ser consecuente con su política de reducir los lazos de dependencia con el petróleo de Medio Oriente. Trump, por su parte, decidió relanzar la alianza con sus principales aliados en la región: Arabia Saudita e Israel. Podemos interpretar, entonces, que la política de la Casa Blanca es ayudar al crecimiento de Arabia Saudita en detrimento de Irán”, aseguró Burdman. Y ese crecimiento requería una figura nueva y un conjunto de reformas que son las que MBS estaba tratando de impulsar, subrayó el profesor.
Pero el nombre de Mohamed bin Salmán pareciera no poder despegarse del escándalo que desató lo acontecido en la legación diplomática en Estambul. . “Por la propia estructura que tiene el sistema político saudí es muy difícil que haya iniciativas en los escalones más bajos de poder sin un conocimiento de los más altos”, opinó Paulo Botta, docente de Introducción a las Relaciones Internacionales en la UCA. “Entonces, yo creo que si realmente los poderes regionales y globales comienzan a hacer una vinculación directa entre este caso y MBS es muy probable que para el sistema político saudí sea más barato quitar a este príncipe heredero que seguir manteniéndolo”, afirmó el profesor especializado en estudios de Medio Oriente. Sin embargo, Zaccara no cree probable que esto suceda. “Distintos investigadores de aquí (Qatar) sostienen que el rey Salmán realmente ya no tiene el poder, sino su hijo y él, por lo tanto, es meramente una figura decorativa. Entonces, no es que pueda destituirlo como príncipe heredero como ha hecho con los otros dos anteriores”, aseguró el académico. “Lo que quedaría por ver es si Salmán muere —no dentro de mucho tiempo—, cómo el resto de la casa Saud va a aceptar la supremacía de MBS viendo que esto ha atraído una atención que no esperaban”, se preguntó Zaccara.
En este contexto, quien tiene la imagen de MBS en su poder es Recep Tayyip Erdogan, el presidente de Turquía, y todos los analistas aseguran que está jugando sus cartas de manera muy inteligente. El mandatario está intentando demostrar que es un líder con mucho peso en una región cuyos tres polos fuertes –y en permanente competencia, como explica Burdman–son su propio país, Irán y Arabia Saudita. “Evidentemente se está negociando algo a tres bandas entre Riad, Ankara y Washington. A ninguno de los dos, ni a Trump ni a Erdogan, les conviene que MBS caiga, pero, por lo menos a Erdogan, no le molestaría dejarlo muy mal parado como para que dependa un poco de Turquía en determinadas cosas”, aseguró Zaccara. “Por otra parte, Turquía tampoco puede darse el lujo de romper relaciones con Arabia Saudita porque es su principal inversor”, continúa.
Lo cierto es que las autoridades turcas no dan a conocer todas las pruebas que dicen tener sobre el asesinato. El gobierno de Ankara asegura contar, además de con grabaciones dentro del consulado, grabaciones de conversaciones de teléfono y de Skype en las que se ordenaba el asesinato a Khashoggi. Hasta ahora, solo han filtrado algunas informaciones a los medios locales. El profesor Botta no cree que develar estas pruebas sea perjudicial para Turquía, ni que vaya a ser acusado de espionaje. “Es todo el derecho que tiene cualquier Estado a controlar lo que sucede dentro de sus fronteras. Lo difícil de justificar sería que alguien vaya, cometa un asesinato y el Estado no sepa qué pasó. A nivel internacional es mucho más aceptable que un Estado controle lo que sucede a que no lo haga. Nosotros tenemos en Argentina algún tipo de experiencia al respecto”, afirmó el docente.
Informe: Bianca Di Santi.
Tomado: Pagina/12