La policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a unos 3.000 manifestantes que pretendían llegar a las puertas del estadio Maracaná para protestar contra los millonarios gastos de Brasil en el mundial, durante el primer juego convocado en Río de Janeiro de la Copa Confederaciones, entre Italia y México.
“La copa no me importa, yo quiero salud y educación”, cantaban los manifestantes que se congregaron en una estación cercana al estadio e intentaban avanzar, hasta que la policía lanzó gases y balas de goma, minutos antes del inicio del partido en el recién reformado Maracaná. Los manifestantes se dispersaron, huyendo de los gases.
“La democracia brasileña es muy joven aún, no nos dejan protestar”, lamentó Fabio Gomes, un productor cultural de 33 años, mientras corría y se enjuagaba los ojos del efecto irritante de los gases.
Muchos de los manifestantes, en su mayoría jóvenes, portaban banderas de Brasil a modo de capa. La policía informó que eran más de 3.000. La comparecencia de los manifestantes fue mezclándose con la gran afluencia de hinchas que acudían al estadio para ver el juego.
El sábado, en la inauguración de la Confederaciones en Brasilia con el partido Brasil-Japón, la policía dispersó con gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes, con un saldo de 33 heridos y 20 detenidos.
Las manifestaciones contra el aumento de los pasajes y también contra los gastos públicos para el Mundial de fútbol de 2014 -evaluados en unos 15.000 millones de dólares- se han extendido por todo Brasil en los últimos días, especialmente en Sao Paulo y Río de Janeiro.
“Estamos aquí contra los aumentos de los pasajes y porque la gente necesita inversión en salud, en educación pública y hospitales de calidad, no la Copa”, dijo una estudiante de Administración de 21 años, que se identificó como Julia. “Brasil le ganó ayer a Japón 3-0 en la apertura de la Copa Confederaciones, pero Japón está mucho más avanzado que Brasil en tecnología, en salud y educación”, añadió.
Tomado: AFP