Durante unos diez meses, y sin descanso, los militares cambian las tupidas selvas colombianas por un árido desierto donde desempeñan tareas de seguridad y vigilancia, especialmente en instalaciones petroleras, al tiempo que sus salarios se multiplican por cuatro y hasta por diez.
“Yo conozco amigos en retiro, y también en activo, que están allá trabajando en ejércitos de paz y les ha ido bien. No sé cuántos hay allá, pero sé que somos muchos los que buscamos la forma de llegar”, reconoció a Efe un teniente de la Marina colombiana que acaba de quedar desempleado y pidió el anonimato.
El boca a oreja y las redes sociales acercan a estos uniformados a empresas estadounidenses que cambian con frecuencia de nombre, como Blackwater, que hoy se llama Academi, con sede en el barrio La Soledad en Bogotá.
El perfil que buscan los reclutadores es el de integrantes de la fuerza pública expertos en combates, contraguerrillas y selva, que han de pasar unas pruebas físicas y constatar que son capaces de someterse a las condiciones más extremas, aunque no conozcan con detalles el trabajo que van a desempeñar hasta que llegan al destino.
“Yo apenas contacté con ellos. Creo que hace poco salió un grupo hacia el emirato de Dubai, y aún no sé si podré ingresar ni qué haré”, agregó otro cabo del Ejército que solicitó mantener su nombre en privado.
Los reclamos son evidentes: “En Colombia he pasado por varias situaciones difíciles, he pisado una mina, me han disparado y las condiciones económicas allá están mucho mejor que acá”, reconoció el militar, que si se alista pasará de ganar unos 1.000 dólares al mes a embolsarse cerca de 3.160 con todas las prestaciones.
No obstante, según el teniente de Marina, los nuevos integrantes del Ejército emiratí son conscientes de que “ir allá no es tan fácil, no es como llegar uno a un club” y hasta se dice que las condiciones “no son las de un soldado cualquiera, sino las de mercenarios”.
Aunque el proceso de contratación es legal, el malestar entre las autoridades colombianas va en aumento porque “se está retirando mucha gente activa, la mejor entrenada de las Fuerzas Militares, para irse a trabajar allá”, lo que según el teniente está revistiendo este asunto de “un secretismo absoluto”.
Según una carta del general Juan Pablo Rodríguez, comandante de Operaciones Especiales, conocida hace unas semanas, en Dubai hay unos 1.300 exintegrantes de las Fuerzas Militares de Colombia, Chile y El Salvador, y de acuerdo con las autoridades de ese país, necesitan unos 1.500 hombres más.
Estas cifras no han podido ser contrastadas con el Ministerio de Defensa, aunque estas fuentes sí confirmaron que el Gobierno ha configurado un grupo de militares y altos mandos de los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores para buscar una salida a este problema.
De hecho, esta comisión regresó hace una semana de Dubai después de reunirse con las autoridades de ese emirato para regular el éxodo colombiano y preparar un acuerdo que se conocerá en las próximas semanas.
Colombia cuenta con 221.496 efectivos del Ejército, 34.964 de la Armada, 14.195 de la Fuerza Aérea y 172.000 policías, mientras que las Fuerzas Militares de Emiratos Árabes Unidos tienen unos 50.000 hombres.
No es la primera vez que Colombia “exporta” a algunos de sus mejores uniformados como mercenarios, pues un escándalo revelado en 2006 probó que la empresa estadounidense ID System reclutaba a exmilitares colombianos para servir en la guerra de Irak y les pagó sueldos menores a los prometidos.
Comentarios:
1) Elias ochoa | “Nuestras FF.MM. convertidas en mercenarios al servicio del mejor postor como las prepago sin moral sin dios sin patria sin ley solo el dinero los gobierna esa es la razón por la cual se vuelven contra su pueblo sus ancestros y cuidan el dinero de los ricos de cualquier nacionalidad.
2) Para lo unico que sirven | “Es para lo que fueron entrenados estos mercenarios, robar violar y matar”.
Tomado: tercerainformacion.es