“Chevron es un gran delincuente que evade la justicia y actúa al margen de la ley”, manifestó el jurista en una entrevista televisiva, en relación a los múltiples recursos presentados por la transnacional estadounidense para evitar el pago de USD 19.5 millones por remediación ambiental, falló ratificado por una corte ecuatoriana en mayo del 2012.
La semana pasada, la Corte Suprema de Justicia de Argentina revocó una orden de embargo contra activos de Chevron en ese país andino, decisión que para Fajardo es “nefasta para la justicia universal”.
El argumento de la corte fue que la subsidiaria en Argentina de la transnacional petrolera no tuvo la oportunidad de defenderse del litigio en ese país, sin embargo, el abogado de los perjudicados ecuatorianos rechazó que Chevron afirme que las subsidiaras de la empresa en otros países sean independientes.
“Las empresas subsidiarias son patrimonio absoluto de Chrevron Corporation, son una sola empresa”. Señaló Fajardo y explicó que el fallo de la Corte argentina únicamente revoca la sentencia de embargo sobre los activos de la transnacional en eses país, más no el cobro de la sentencia, por lo que los recursos jurídicos continuarán en otros países donde la petrolera estadounidense tiene activos.
Al respecto, señaló que para intentar cobrar la deuda se impulsan procesos jurídicos en Canadá, Brasil, entre otros de los 50 países donde hay activos fijos de Chevron.
Pablo Fajardo afirmó que “es una pena que los gobiernos latinoamericanos sean objetos de chantajes por parte de empresas transacionales Chevron”, empresa que ha gastado más de USD 1.300 millones en defenderse para evitar el pago de la millonaria deuda
“Chevron chantajeo al ofrecer invertir en el yacimiento petrolero “Vaca Muerta” (Argentina) a cambio de que la justicia de ese país levante el embargo”.
Las comunidades indígenas ecuatorianas plantearon el juicio en 1993 en cortes estadounidenses acusando a la petrolera Texaco de verter aguas contaminadas en su territorio y provocar daños en la salud de sus habitantes. Una década más tarde, el proceso fue trasladado a Ecuador, argumentando que Texaco, que fue comprada por Chevron en el 2001, vertió residuos tóxicos mientras operaba campos petroleros en el país en las décadas de 1970 y 1980.
Tomado: tercerainformacion.es