Bogotá se convirtió en el lugar de encuentro de miles de estudiantes de universidades públicas, además de la participación de diversos sectores sociales, maestros, estudiantes de colegios, padres de familia; se reúnen con el fin de rechazar la reforma a la educación pública. La marcha programada se realiza a pesar, que el presidente abrió la posibilidad de retirar la reforma, condicionado a que los estudiantes levanten el paro, los estudiantes se reunirán el sábado, con el fin de discutir la viabilidad de levantar el paro.
Los estudiantes esperan que la reforma surja del consenso de la comunidad universitaria y el gobierno, pues, la forma como está concebida no garantiza una educación de calidad y lo que es peor deja a un gran número de estudiantes por fuera. Es preferible perder un semestre, que seguir en un futuro incierto por la educación, sí el gobierno insiste en pasar la reforma el próximo año o no convoca a la comunidad a discutir lo que debe ser un cambio en el modelo.