Cuba presentó esta semana ante la Asamblea General de la ONU evidencias de violaciones estadounidenses del Derecho Internacional y la Carta de la Organización con la política del bloqueo y la subversión a través de transmisiones radiales y televisivas. En diferentes comisiones de la Asamblea en su 68 período de sesiones, la isla expuso elementos que demuestran la vigencia de la hostilidad del gobierno norteamericano, mantenida por más de medio siglo.
Las dificultades en el acceso a medicamentos y equipos que salvan vidas y su particular impacto en los niños, fueron denunciadas aquí, a pocos días de que la Asamblea General vuelva a sentar a Washington en el banquillo de los acusados por su insistencia en mantener el cerco económico, comercial y financiero.
Al intervenir en la Tercera Comisión -que se ocupa de asuntos sociales y humanitarios- la diplomática cubana Lisandra Astiasarán señaló que estimados muy conservadores cifran en alrededor de 39 millones de dólares los daños provocados al sector de la salud en el último año por la unilateral medida, una parte de ellos en hospitales que atienden a infantes.
Por solo citar un caso, el Cardiocentro Pediátrico William Soler, en La Habana, enfrenta serias dificultades para adquirir oxido nítrico, gas fabricado por compañías estadounidenses y europeas, que se utiliza en el tratamiento a los niños con crisis pulmonares y sometidos a trasplantes, advirtió.
Asimismo, informó sobre la carencia de varios medicamentos antivirales requeridos por menores, “debido a que las compañías norteamericanas que los producen no responden las solicitudes de las empresas cubanas o bien alegan que no pueden comerciar con Cuba”.
Son numerosos y lamentables los ejemplos de que los niños cubanos continúan siendo víctimas inocentes de la absurda política del bloqueo, sentenció.
Astiasarán recordó que el próximo 29 de octubre la comunidad internacional tendrá una vez más la oportunidad de rechazar en la Asamblea General el cerco de Washington, al presentarse una nueva resolución sobre la necesidad de poner fin a esta política, documento aprobado anualmente de manera abrumadora desde 1992.
Por su parte, la delegada ante la Cuarta Comisión de la Asamblea, Lilianne Sánchez, llamó la atención sobre el reiterado uso por el gobierno de Estados Unidos de transmisiones ilegales de radio y televisión para subvertir el orden en la isla y cambiar su sistema político y socioeconómico.
“El gobierno de Estados Unidos continúa aplicando una política agresiva contra Cuba en el ámbito radioelectrónico, a pesar de ser abiertamente violatoria de las normas del Derecho Internacional y las normas y reglamentos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones”, afirmó.
En los debates del grupo de trabajo que se encarga de Política Especial y Descolonización, la diplomática denunció que esas acciones afectan el normal funcionamiento de los servicios de radiocomunicaciones y producen interferencias.
Según expuso, al cierre de 2012 se habían transmitido semanalmente contra el país caribeño un promedio de dos mil 74 horas de emisiones subversivas, utilizando para ello alrededor de 34 frecuencias.
De igual manera, continuaron las transmisiones de señales de televisión, desde estaciones a bordo de aeronaves estadounidenses, en el canal 13 (213 megahertz (MHz)) y canal 20 (509 MHz), así como en la frecuencia 94.7 MHz del servicio de radiodifusión por Frecuencia Modulada (FM).
Respecto al año en curso, dijo que hasta el 11 de mayo se efectuaron transmisiones que ocasionaron 70 días de interferencias en canales de la televisión cubana y 64 días en el servicio de radiodifusión por FM; mientras que en junio se emplearon 26 frecuencias, sumando mil 900 horas semanales de agresiones.
Tomado. Contrainjerencia