Tras la firma de un preacuerdo que permitió levantar los bloqueos en las vías, el gobierno colombiano y delegados de comunidades indígenas continuarán hoy la mesa de negociaciones en busca de soluciones a los problemas pendientes.
A ocho días de iniciada la protesta social y popular de más de 100 mil representantes de 102 pueblos originarios, duramente reprimida por la fuerza pública, la víspera los indígenas advirtieron que si no prosperan los diálogos volverán a las carreteras, reportaron medios de difusión locales.
El representante indígena nasa Feliciano Valencia, Premio Nacional de Paz y candidato presidencial por el movimiento País Común, señaló en un mensaje en twitter que fueron despejadas las vías "pero no nos retiramos de los sitios hasta que el Gobierno cumpla".
Durante toda la jornada de ayer el ministro del Interior, Aurelio Iragorri, junto a otros representantes del Gobierno, la Defensoría del Pueblo y los líderes indígenas se reunieron en el resguardo La María, en Piendamó, uno de los lugares más representativos del pueblo nasa.
Los indígenas acordaron desbloquear las carreteras obstaculizadas desde hace cuatro días en varios puntos del país y el equipo gubernamental desmilitarizar los sitios en el que se encuentran movilizados.
Cinco puntos centran los reclamos de estas comunidades: derechos humanos, territorialidad, autonomía, política minero-energética y política agraria y económica. Los nativos salieron a las calles a reclamar al Gobierno de Juan Manuel Santos el cumplimiento de 96 acuerdos contemplados en el Plan de Desarrollo Nacional.
Queremos recuperar el territorio, porque necesitamos educación, salud, hacer una propuesta frente a los Tratado de Libre Comercio y el proceso de paz, expresó en días recientes a la agencia Colprensa Claudio Poloche, representante de la asociación de Cabildos Autónomos del Tolima.
La movilización, que comenzó de manera pacífica, fue tomando fuerza en más de 20 departamentos pese a las arremetidas del Ejército y Escuadrón Móvil Antidisturbios con balas de gomas, gases lacrimógenos, chorros de agua e incluso con armas de fuego con un saldo de más de 100 heridos, varios de ellos de gravedad.
La víspera la Organización Nacional Indígena había denunciado también las amenazas de grupos paramilitares contra los líderes de la protesta, declarados objetivo militar si no abandonaban en 24 horas la manifestación.
Tomado: Prensa Latina