Cuando miles de docentes argentinos confluían en la imponente ‘Marcha Federal Educativa’ desde todos los rincones del país en la Plaza de Mayo, en el último día de huelga nacional de 48 horas, Mauricio Macri embarró casi sin darse cuenta un conflicto que mantiene virtualmente paralizado el inicio de clases desde el 6 de marzo pasado.
Macri hablaba sobre los malos resultados de un estudio de la calidad educativa en el país y resaltó “la terrible inequidad entre el que puede ir a escuela privada versus aquel que tiene que caer en la escuela pública”. Para sus seguidores se trató solo de una “gaffe”, pero para los docentes y la oposición constituyó una declaración de principios: los niños cuyos padres no pueden pagar una escuela privada deben “caer” en el sistema público.
Los maestros movilizados no se lo perdonaron. Uno de ellos llegó a la Plaza de Mayo, frente a la sede del gobierno, con un cartel que decía: “Si hubieras ido a la escuela pública, habrías aprendido a hablar de corrido”.
Otra docente mostraba la leyenda: “Me ofrezco como voluntaria para enseñarle a leer a Macri”, en abierta alusión a la campaña lanzada desde un sector del oficialismo para convocar a voluntarios que reemplazarán a los maestros en huelga. Más lejos, una mujer portaba otro cartel que aseguraba: “Ningún Nobel salió del Cardenal Newman”.
Macri estudió en el exclusivo colegio privado Cardenal Newman y en la Universidad Católica Argentina (UCA), la misma que estimó que desde su asunción se crearon 1,5 millones de nuevos pobres.
Argentina tiene cinco Premios Nobel y todos ellos estudiaron en colegios y universidades estatales. Los miles de docentes que coparon la Plaza de Mayo, en una de las movilizaciones de maestros más concurridas e imponentes de los últimos años, pertenecen la mayoría a la escuela pública.
Los sindicatos que agrupan a los colegios privados también adhirieron al paro, pero la presión de los dueños de estos establecimientos golpeó contra el éxito de la medida. “No nos van a dividir. En esta plaza hay 400.000 trabajadores”, dijo Sergio Romero, secretario general de la Unión de Docentes Argentinos (UDA) y encargado de las relaciones educativas de la Confederación General del Trabajo (CGT, peronista).
“O le pagan a los trabajadores o habrá lucha, paro y movilizaciones”, advirtió. La Marcha Federal Educativa se enmarcó en las cuatro jornadas de huelga nacional convocadas en las pasadas dos semanas, la última de las cuales concluyó este miércoles. La movilización partió desde distintos puntos del país austral, con columnas que llegaron desde la Patagonia (en el sur), Cuyo (región andina fronteriza con Chile), el nordeste y el noroeste.
Su llegada a Buenos Aires volvió a generar caos en el tránsito vehicular. Los docentes le reclaman al gobierno negociaciones salariales a nivel nacional y mejores condiciones de trabajo. Pero el gobierno no convocó a “paritarias” del sector como establece la ley y ofreció en forma unilateral un aumento del 19% rechazado por los maestros. La masiva movilización no logró romper la férrea oposición del gobierno a convocar a negociaciones salariales colectivas. El ministro de Educación, Esteban Bullrich, reiteró que no se llamará a “paritarias”.
“Reconozco que el principal problema de la escuela estatal haya sido la falta de políticas focalizadas en la calidad, también es cierto que la primera o segunda razón por la cual los padres eligen la escuela privada son los paros docentes. Les pido, ejerciendo su derecho, marchen hoy… Tienen un gobierno que reconoce el problema, quiere mandar un programa a largo plazo para mejorar la situación”, señaló.
Bullrich se refería a una nueva propuesta educativa llamada Plan Maestro que el gobierno envió este miércoles al Congreso. El proyecto es muy ambicioso y busca mejorar la educación pública en todos los niveles. Entre otros puntos, el plan prevé “garantizar la cobertura universal del nivel inicial desde sala de 3 años, lograr en 2021 que todos los alumnos del nivel secundario superen el nivel 1 en lengua, matemática y ciencias, lograr en 10 años que disminuya el 70% el abandono escolar en la escuela secundaria, generar sistemas de información y evaluación educativa integrales y confiables y crear un nuevo sistema nacional de carrera docente”.
Además, busca universalizar el acceso a las tecnologías de la información, logrando el 100% de las escuelas estatales conectadas a internet hasta 2021 y para 2026 que el 50% de los docentes argentinos sea bilingüe en inglés y/o portugués y/o del idioma pueblo originario correspondiente.
La evaluación ‘Aprender 2016’, que aludió Macri cuando destacó las ventajas de la educación privada sobre la pública, reveló que cinco de cada 10 alumnos de colegios secundarios públicos no comprenden textos y siete de cada 10 terminan el secundario sin entender los elementos básicos de matemática.
Marcelo Izquierdo | El Telégrafo