En Venezuela “hasta ahora la derecha golpista ha organizado marchas violentas y no ha alcanzado su meta de tumbar al gobierno” por eso organizaron esto que “llaman plebiscito” pero que en realidad “fue una movilización de sus apoyantes sobre el tema de un golpe de Estado, exigiendo que los militares tomen el poder con el respaldo de un voto falso, creando la imagen de que los golpistas civiles necesariamente son incapaces de tomar el poder, entonces utilizan el pretexto de lo que llaman plebiscito como una forma de legitimizar a los militares que podrían influir, para tomar el poder y desplazar al gobierno”, dijo el sociólogo estadounidense, profesor James Petras, en su espacio semanal de análisis de la coyuntura internacional por CX36 (*).
Hasta ahora, la derecha golpista ha organizado marchas violentas y no ha alcanzado su meta de tumbar al gobierno. Lo que llaman plebiscito, fue realmente una movilización de sus apoyantes sobre el tema de un golpe de Estado, exigiendo que los militares tomen el poder con el respaldo de un voto falso, creando la imagen de que los golpistas civiles necesariamente son incapaces de tomar el poder, entonces utilizan el pretexto de lo que llaman plebiscito como una forma de legitimizar a los militares que podrían influir, para tomar el poder y desplazar al gobierno.
Ellos piensan que con el cuestionario, las preguntas que están planteando, están buscando una forma de legitimizar el golpe. Incluso había una pregunta abiertamente golpista, que decía si el público “apoya un esfuerzo de militares para tomar el poder”.
Entonces, debemos entender que no solamente es una medida para debilitar el plebiscito verdadero del gobierno que busca elegir una Asamblea Nacional Constituyente. Sino que también es una forma de presentar un gobierno paralelo, un proceso diferente de lo que pide el gobierno.
Es un plebiscito de un voto falso, ilegítimo pero abiertamente dando fuerza a los que están a favor del golpe de Estado. Creo que después de este acto, van a volver a movilizarse en las calles, van a volver de penetrar las bases militares, y a utilizar la bandera del plebiscito falso.
Hay que ver este proceso actual no sólo como un instrumento electoral, sino como un camino hacia el golpe militar, con respaldo norteamericano, las finanzas de los oligarcas y la influencia de los grandes medios de comunicación.
EChI: El Canciller venezolano cuestionó las críticas de Gran Bretaña contra Venezuela. Lo de Europa ya es vergonzante.
JP: Es parte de la política que siempre ha tenido el imperialismo. No hay que olvidarse que los países europeos y norteamericanos apoyaron el golpe en Irán contra (del gobierno democráticamente electo del primer ministro Mohammed) Mosaddeq; recuerda el golpe en Guatemala en la misma época; recuerda el apoyo que tuvo Estados Unidos para invadir Cuba en 1961, en Bahía de Cochinos; entonces no es ninguna sorpresa que los países europeos, socialdemócratas o conservadores, respaldan los esfuerzos de derrocar gobiernos que son de centro izquierda, de izquierda, y demás. Recuerda también el apoyo europeo al golpe de Estado en Chile, con algunas excepciones como Suecia con Olof Palme y otros.
Lo que quieren ellos es evitar alternativas al sistema actual. En el caso particular en este momento, tiene factores adicionales: es el petróleo en Venezuela, es el ejemplo que sirva para América Latina de un Poder Popular que podría montar una alternativa al sistema parlamentario; y es también el ejemplo de unidad entre movimientos populares y sectores militares.
Entonces, por muchos factores Europa y Estados Unidos no pueden tolerar el ejemplo venezolano, con petróleo, con apoyo popular, con independencia de la política imperial y con capacidad de avanzar en un proceso de transformación social.
EChI: “Un artículo de la prensa del Vaticano difundido el jueves ataca a la Casa Blanca, en específico a Steve Bannon, principal asesor del presidente estadounidense, Donald Trump, por promover posturas y políticas cercanas a la ideología extremista y el evangelismo fundamentalista”, dice una información. ¿Se conoce esto ahí?
JP: Si, hemos recibido la información. Creo que hay varias cosas en juego aquí.
Primero que Trump ha continuado la guerra en Irak y atacando ciudades donde hay una población mixta, es decir, hay sectores musulmanes, islámicos, pero también hay poblaciones cristianas, asirias, y otras que están siendo afectados por los bombardeos y los ataques, como pasó en Mosul en Irak.
En segundo lugar, hay una competencia entre los no católicos, podríamos decir los fundamentalistas, no sólo entre los protestantes sino también entre los sectores católicos. Por ejemplo, el 52% de los católicos votaron por Trump contra el 48% que votó a los demócratas. Entonces hay un sector del catolicismo que apoya la política de Trump que está en contra el mensaje social del Vaticano. Es un conflicto dentro de la Iglesia, es un conflicto con las políticas militaristas norteamericanas que han reducido la población cristiana en Medio Oriente tremendamente; lo menos en Siria, Irak y otras partes, incluyendo en Palestina.
Las preocupaciones de la Iglesia no son sólo contra el extremismo, sino contra las políticas de expulsar a los cristianos del Medio Oriente. Ahora, ellos en el Vaticano actualmente están enfocados en los republicanos de la derecha en el gobierno de Trump, pero hay otras preocupaciones también que tienen que ver con la competencia que han recibido de los Estados Unidos por influencia en otras regiones, donde el extremismo norteamericano ha perjudicado la posibilidad de extender la influencia del Vaticano.
EChI: Brasil es un tema complicado, con el procesamiento de Lula y que no se sabe cómo termina el hoy presidente Michel Temer, por ejemplo.
JP: Hay una combinación de fuerzas allí que todas están unificadas con la derecha golpista contra varias cosas. Primero, están contra la competencia con lo que podríamos llamar el centro izquierda y la combinación del neoliberalismo y el bienestar social que caracteriza al gobierno anterior de lo que llaman Partido de los Trabajadores. En segundo lugar, hay una unificación sobre el programa de Temer, que es totalmente contra el gasto social, los programas de bienestar social y todo lo que podría representar la influencia laboral de los sindicatos. En eso todas las fuerzas están unificadas.
Ahora, con las investigaciones y el encarcelamiento de muchos personajes políticos y empresariales del último período, las fuerzas en la derecha están divididas, algunos buscan colaborar con los jueces, otros quieren escapar de la cárcel y están haciéndose soplones unos contra otros. Entonces podemos decir que la derecha está dividida no sólo por lo que pasó en el pasado, sino por cómo avanzar en circunstancias precarias en la actualidad.
Un sector, que está con Temer, quiere continuar en el poder y evitar la cárcel, entonces Temer empezó a sobornar a Diputados. Según O’Globo, gastaron 4.7 mil millones de dólares en proyectos para legisladores, que voten contra el impeachment de Temer.
4.7 mil millones de dólares en proyectos y consiguieron el apoyo de los congresistas para evitar que voten para procesar a Temer.
Del otro lado, están los capitalistas que creen que Temer sirvió en su función y ahora es tiempo de descartarlo y buscar un recambio que mantenga la política pero sin el bagaje problemático que han creado con la corrupción. Esa situación necesariamente pasa por la ilegalización de Lula.
Ahora, Lula no representan ninguna amenaza al sistema económico. Tiene un historial de colaborador con el gran capital agroexportador, etc.; pero también refleja las presiones populares por algunas medidas que los poderes económicos no quieren tolerar. Más allá de que haya independencia en política externa y la colaboración con Venezuela y otros países. Entonces, Lula representa a un candidato electoral que podría revertir el proceso actual.
Por tanto hay tres cosas: Primero continuar el programa, segundo recambio de Presidente y tercero nulificar la posibilidad de un candidato en las próximas elecciones.
Eso está atrás de lo que está pasando en Brasil ahora.
Cuando O’Globo publica un artículo mostrando la corrupción del proceso legislativo es porque ellos quieren un recambio, una alternativa, pero no exactamente volviendo el poder a los electores que piensen en políticas de centro izquierda.
EChI: Muy bien, al final como siempre queda para que nos comentes otros temas en los que estés trabajando.
JP: Si, hay varias cosas, pero quiero mencionar que tenemos una lucha muy grave internamente en Estados Unidos. Por primera vez en la historia hay una división entre el Ejecutivo, la Presidencia y el aparato represivo. Entre la CIA, la Policía Federal (FBI), Department Homeland Security (Departamento de Seguridad Nacional); hay una fiera oposición al Presidente.
En otras palabras, el Presidente no tiene control sobre los aparatos represivos.
Tiene apoyo de Wall Street, tiene el apoyo de los votantes y tiene influencia a partir de sus actividades de los que están involucrados en la economía interna. Pero más allá de eso tenemos el Congreso, tenemos los medios de comunicación, que están no sólo contra Trump como Presidente sino que quieren desplazarlo. No hay ninguna otra explicación para la constante guerra, no hay razón para no pensare que todos los procesos legislativos, todas las investigaciones, están dirigidas no simplemente a debilitar al Presidente actual sino también a imponer una alternativa.
Ahora, todo esto es una guerra táctica, bastante importante, pero lo que viene en el mes de setiembre es una decisión fundamental. Que es la decisión de si van a aumentar la deuda pública. Si no aumentan la deuda pública no pueden financiar el gobierno. Es decir sin una decisión sobre el Presupuesto para financiar los nuevos gastos del gobierno, no tienen manera de continuar en el gobierno. Tendrán que descargar a millones de trabajadores públicos y paralizar las actividades en todo el país.
Los demócratas, los congresistas y los golpistas, van a buscar paralizar esta decisión. Van a decir que el gobierno tiene que aumentar la deuda pero sin hacer ninguna restricción social; y Trump quiere aumentar la deuda pero sin imponer más gastos sociales. Y si no llegan a ningún acuerdo van a paralizar el gobierno y a precipitar mayor presiones para una resolución. Nos estamos acercando a lo que podría parecer una parálisis gubernamental, que podría provocar una confrontación donde los instrumentos del Estado están tirando contra la Presidencia, lo que podría terminar con un impeachment o un reemplazo en el gobierno. Es la primera vez que tenemos una división vertical en este país con la posibilidad de una guerra civil, empezando ahora peor culminando en el problema de la parálisis gubernamental en setiembre.
Es un tema muy serio porque no hay ningún indicio de que se pudiera llegar a una conciliación, a un compromiso, a un reparto de mandos. Cada uno está en situación de rechazar todo, no hay ninguna posición de decidir cosas que uno quiere y otro no, entonces no hay ninguna política pragmática, es un conflicto sin antecedentes y con consecuencias estructurales sobre cómo van a dirigir el imperio.
EChI: Bien Petras muchas gracias por todo este material.
JP: Bueno. Un abrazo. Hasta el lunes. Chau.
Tomado: tercerainformacion