El Ministerio de Agricultura de Brasil autorizó hoy el uso de 51 nuevos agrotóxicos en el país, y el número de pesticidas liberados en los siete primeros meses del gobierno de Jair Bolsonaro alcanzó el récord de 290 productos.
El total de plaguicidas regulados en los siete primeros meses de este año supera los 229 liberados en el mismo período de 2018, año en que Brasil, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, estableció un récord en la autorización de nuevos agrotóxicos, con 422.
En 2017 se habían autorizado 405 nuevos pesticidas en Brasil; en 2016, 277 y en 2015 al menos 139, afirmó la agencia EFE.
Tereza Cristina Costa, actual ministra de Ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil./EFE/Joédson Alves/
Entre los 51 nuevos productos liberados, cuya lista fue publicada este lunes en el Diario Oficial de la Unión, figuran siete que tienen como principio activo el sulfoxaflor, sustancia que algunas investigaciones científicas consideran como responsable por la reducción de enjambres de abejas.
Otros 44 son “equivalentes”, es decir genéricos que utilizan el mismo principio activo de plaguicidas originales ya autorizados en Brasil.
El Ministerio de Agricultura atribuyó la mayor velocidad en la liberación de los pesticidas a las medidas adoptadas para reducir la “burocracia” en los procesos de registro y regulación de agrotóxicos.
Según el Ministerio, el objetivo de la liberación de nuevos plaguicidas es ofrecer a los agricultores “alternativas de control más eficaces y con menor impacto al medio ambiente y a la salud humana”.
La cartera argumentó, además, que pese al aumento del número de agrotóxicos regulados, la venta de los productos cayó en los últimos años.
“El hecho de que existan más marcas disponibles en el mercado no significa que el uso de este tipo de productos en el campo vaya a aumentar. Lo que determina el consumo es la existencia o no de plagas, enfermedades o plantas dañinas. Los agricultores quieren usarlos menos en sus plantaciones pues los defensivos son caros y representan el 30% de los costos de producción”, alega el Ministerio.
Para Greenpeace, sin embargo, el elevado número de plaguicidas autorizados en el gobierno de Bolsonaro obedece a la decisión de entregar el control del Ministerio de Agricultura a representantes de los grandes agricultores del país, que destacaron que están entre los sectores que más apoyaron al presidente en las elecciones del año pasado.
“Podemos producir sin agrotóxicos, en equilibrio con el medio ambiente y respetando la salud de las personas. Pero las decisiones del gobierno sobre el asunto ignoran esto y ponen al pueblo brasileño en riesgo”, aseguró el director de la campaña de Greenpeace para la Alimentación y la Agricultura, Iran Magno.
Para Greenpeace, el gobierno de Bolsonaro se propone “inundar de veneno” a Brasil, ya que cerca de la mitad de los plaguicidas autorizados es considerado como “extremadamente tóxico” y una tercera parte es prohibido en la Unión Europea.
Tomado: matrizur.org