Con tantas cosas buenas que hay que hacer en este mundo, con tanta hambre que hay que matar, tantas enfermedades por curar, y tanta paz que hay que construir para vivir como seres humanos, Estados Unidos se ha convertido en una verdadera fábrica de ultimátum contra gobiernos y países que no les son afines a su política.
Y lo interesante de todo esto es que desde Washington cualquier funcionario del equipo de Donald Trump, lo mismo el Presidente que el vice Mike Pence; el secretario de Estado, Mike Pompeo; el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton; o Mauricio Claver-Carone, encargado para América Latina de la actual administración, se permiten dar ultimátum a Irán, o a la República Popular Democrática de Corea, o a Siria o a Venezuela, como ocurrió el pasado martes.
El ultimátum contra Venezuela me parece lo más vergonzoso y falta de ética en la conducta del Gobierno de Washington.
Estados Unidos ha comunicado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que tiene un «corto plazo» para dejar el poder con «garantías» si no quiere enfrentar la justicia internacional y nuevas sanciones, reveló el encargado de Latinoamérica en la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone, según varios despachos de prensa.
A la administración Trump, fracasada en su medio año de apoyo de todo tipo al impostor Juan Guaidó, le surge ahora la peregrina idea de un nuevo ultimátum. «Maduro tiene dos opciones: aceptar las garantías que le ofrezcan para dejar el mando o enfrentarse a la justicia, tanto internacional como estadounidense. De admitir la primera alternativa, negociarían cuándo, cómo y dónde se daría su salida», aseguró el arrogante funcionario de Trump.
Paralelamente, una sesión especial de la Asamblea Nacional (en desacato) aprobó la propuesta de Juan Guaidó de la reincorporación del país al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un mecanismo que involucra a los ejércitos de los países miembros de la OEA en una posible acción armada contra Venezuela.
En este contexto, con la dignidad como bandera, el Gobierno Bolivariano encabezado por el presidente legítimo Nicolás Maduro, y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, inició ayer ejercicios militares por aire, mar y tierra, que se llevarán a cabo en los 23 estados de Venezuela, según EFE, y se realizarán prácticas destinadas a elevar la preparación operacional de los componentes militares, a través de demostraciones con armamento, ejercicios de comunicaciones y operaciones de mando y control.
Del mismo modo, se ejecutarán maniobras relacionadas con la guerra compuesta, empleo de medios de defensa aeroespacial integral, ejercicios de cruce de cubiertas, operaciones antisubmarinas, aeronavales y anfibias.
Esa y ninguna otra puede ser la respuesta digna de un país soberano y un gobierno legítimo, a quienes, desde la administración Trump, se empeñan en fabricar ultimátum en vez de colaborar para que el actual diálogo gobierno-oposición conduzca a la solución pacífica que reclama el pueblo venezolano y la comunidad internacional.
Tomado: Granma