Francia parece seguir los pasos de Estados Unidos y ahora ha anunciado la creación, para septiembre próximo, de «un mando militar del espacio», cuyo financiamiento inicial será de 3 600 millones de euros.
Según el sitio France24, el presidente Emmanuel Macron aseguró que la nueva doctrina espacial militar «le permitirá garantizar la defensa del espacio y en el espacio».
El anuncio se realizó dos días antes del desfile del pasado 14 de julio, aniversario de la toma de la Bastilla, y aunque pudiera parecer algo novedoso –pues el tema genera expectativas, y a la vez, gran preocupación– no es para nada nuevo si lo situamos en un contexto de proliferación de armas nucleares y en el que la carrera armamentista sigue jugando un rol decisivo para las grandes potencias, en su afán por demostrar su poderío.
En febrero último, el presidente Donal Trump había firmado una directiva mediante la cual se instituía la US Space Force, es decir, la fuerza a cargo de operaciones militares en el espacio, dirigida a intentar poner una barrera de contención frente a Rusia y China, a la vez que la Comisión del Senado estadounidense a cargo de los servicios armados definiría el nuevo ámbito de acción como un «área de conducción de la guerra».
Habría que estar atentos al desarrollo de lo que pudiera generar la creación de este tipo de fuerzas o comandos para el espacio, pues en marzo pasado la Organización de Naciones Unidas promovió la discusión del tema de la carrera armamentista en escenarios espaciales y fue rechazado por el propio EE. UU., quien además se negó a discutir con Rusia y China un posible tratado de armas e imposición de límites legales para el uso del espacio con fines militares.
Para el politólogo italiano Manlio Dinucci, mientras los medios de comunicación se concentraron en resaltar las piruetas realizadas por un supuesto «hombre volador» sobre los Campos Elíseos durante el desfile militar del 14 de julio último, «nadie nos dice que dentro de poco habrá armas nucleares en órbita alrededor de la Tierra, sobre nuestras cabezas».
Tomado: Granma