Pandemias peores que la del SARS-COV-2 asolan a Estados Unidos.
Conforme a lo divulgado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las muertes por cada 100 000 habitantes son aproximadamente 4,6 veces superiores para los latinos, indígenas y afroamericanos, con respecto a quienes en ese país se consideran «blancos».
Los pobres en EE. UU. suelen presentar más enfermedades crónicas y dificultades para acceder a la cobertura sanitaria, viven en habitaciones abarrotadas e inseguras, y residen en vecindarios que son más vulnerables, debido a los altos niveles de contaminación ambiental.
«Las personas en situación de pobreza y de bajos ingresos enfrentan riesgos mucho mayores por el coronavirus debido a la negligencia crónica y la discriminación», enunció en un comunicado Philip Alston, relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, quien recalcó que más de la mitad de los trabajadores quedaron excluidos de la legislación sobre licencia por enfermedad durante la pandemia.
Según la Oficina del Censo, 38,1 millones de personas vivían en la pobreza en 2018, en tanto datos del informe Health Insurance Coverage in the United States, señalan que el 8,5 % de la población estadounidense no tiene ningún tipo de seguro médico, que implica que 27,5 millones de ciudadanos se encuentran totalmente desprotegidos.
Los latinos son la primera minoría étnica de Estados Unidos, lo que los convierte en un electorado clave para cualquiera de los dos partidos; sin embargo, en una reciente encuesta del Fondo Educativo Naleo y la consultora Latino Decisions, Biden superaba con un 65 % a Trump, quien según los resultados, cuenta con un 24 % del voto hispano.
«Blancos» pobres, latinos y afrodescendientes, los más esquilmados, explotados por el sistema, según analistas, pueden votar azul en las próximas elecciones, por lo que el Partido Republicano está aplicando con fuerza mecanismos de supresión de voto, en alianza con los Congresos estaduales y las instancias del poder judicial donde son mayoría las fuerzas conservadoras.
No se trata de una práctica nueva, los demócratas la han utilizado muchas veces para, mediante trucos y artilugios legales, presiones y trampas, impedir que las minorías y los pobres ejerzan el voto en esa nación.
Las pandemias peores que asolan a Estados Unidos están en la exclusión, el racismo, la desigualdad, esencias de un sistema que se autoproclama eterno mientras siembra el dolor y la muerte.
Vaya «democracia» de los ricos, por los ricos y para los ricos.
Tomado: Granma