En Paterna (Valencia) se localiza el denominado Paredón de España, un murete que fue testigo de la ejecución de 2.238 personas cuando la Guerra Civil ya se había dado por concluida. Procedían todas ellas de diversos pueblos de la Comunitat Valenciana y de diferentes provincias del Estado español. Tras su ejecución en pocos días, se arrojó a las víctimas a diversas fosas comunes del cementerio de esta localidad.
El próximo miércoles, día 25 de agosto, a las diez de la mañana se procederá a la apertura de la fosa 21 para recuperar los cuerpos de setenta y seis fusilados por el franquismo, en momentos en los que la guerra ya había concluido, entre el 15 y el 21 de julio de 1939.
En la fosa 21 hay enterradas tres mujeres de Catarroja. El resto son hombres de Paterna, Quart de Poblet, Bocairent, Calles, Mislata, Ontinyent, Valencia, Villarreal, Alfara del Patriarca, Benicarló, Castellón, Tavernes, Blanques, Benimàmet, Burjassot, Alicante, Alcázar, Bugarra, Losa del Obispo, Manises, Picassenty Torrent. También hay de Albacete, Huesca y Madrid, entre más municipios de fuera del país, hasta sumar setenta y seis.
Pilar Taberner y sus colaboradores se han centrado en los padrones municipales y en los archivos históricos, además de las redes sociales y las páginas amarillas, para chequear apellidos coincidentes y pistas que en algunos casos resultan exitosas y en otros llevan a un callejón sin salida. «Calculamos la edad que tenía la víctima en el momento del fusilamiento y pedimos a los ayuntamientos o a los archivos si disponen de padrones de la época. Si figuran empadronados, ya vemos si estaban casados o si vivían con alguien y así vamos buscando los posibles familiares».
Los trámites administrativos para poner en marcha la exhumación, financiada por la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática que dirige Rosa Pérez Garijo, se retrasó hasta este mes, pero la responsable de la asociación contactó mientras tanto con el equipo de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (Fisabio) encargado de crear un banco autonómico de ADN para empezar a realizar las pruebas a los descendientes más mayores, ante el riesgo del fallecimiento.
Hace meses que la Asociación de Familiares de Víctimas de la Fosa 21 , constituida en 2018, busca descendientes vivos de algunas de estas víctimas. Hasta ahora, se han localizado cincuenta y cinco. Entre ellos, dieciséis hijos, muchos de ellos con la memoria intacta y con ganas de contar todo lo que recuerdan que quede fijado, pero también decenas de nietos y sobrinos. O sobrinos nietos, como Pilar Taberner, la presidenta de la asociación de los familiares. Es de Manises, su tío abuelo era de José Giner Navarro, un jornalero de veintidós ocho años de Quart de Poblet.
Taberner explica que el primer acto que asistió en que se hablaba de memoria fue en 2008 en Quart de Poblet. A partir de ahí, comenzó a hacerse preguntas ya buscar. «Vamos muy tarde. A mí todavía me sorprende que haya dieciséis hijos vivos de estas víctimas. Me parecen muchos. Son personas de cerca de noventa años que aún lo podrán ver, pero vamos muy tarde. Hubo cuarenta años de dictadura, pero los otros cuarenta que llevamos de democracia, vamos muy tarde, por desgracia. Pero ha llegado el día. Lo más significativo sería que lo hubiera podido ver la gente que los conoció y ya quedan muy pocos».
Avanza que han preparado un acto muy modesto para el miércoles en el cementerio porque acaban ahora de saber la fecha del comienzo de los trabajos y el mes de agosto cuesta reunir la gente. Explica que tiene un sentimiento muy ambivalente: «Por un lado, contenta por haber llegado hasta aquí. Por otra, sé que será un día triste para la rememoración de tanta injusticia».
Tomado: tercerainformacion