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Según
Uribe su gobierno siempre fue diáfano, no solo porque él era quien dirigía las
riendas del país entre los años 2002-2010, sino por las más destacadas
personalidades que hicieron parte de su círculo cercano y junto a él
administraron este país; según lo ha dicho la institucionalidad se había venido
a menos y la guerrilla amenazaba con tomarse el poder solo alguien comprometido
con el país podría devolver el orden y la confianza pérdida hacia las
instituciones, con estos preceptos armo su grupo de trabajo, conformado por los
buenos muchachos. Entre los que se cuentan : Noguera, directos del DAS,
Hurtado, Montoya comandante del ejército, Restrepo comisionado de paz, Santoyo
jefe de seguridad del presidente, Arias ministro de agricultura, entre muchos
otros.
Pese
a que, su jefe el entonces presidente se destacó por ser un hombre frentero a
quien no le temblaba la voz, para denunciar en público a los que considero sus
opositores políticos, nunca se dio cuenta que su grupo los buenos muchachos, se
apoderaron de la institucionalidad y con el cobijo que les daba ostentar cargos
públicos, delinquieron en el más alto nivel.
Según dijo hace algún tiempo la fiscalía conformaron una empresa
criminal. Vale decir, que esta afirmación se hizo antes de que se conociera los
vínculos que el jefe de seguridad de la casa de Nariño tuvo con los paramilitares,
sobre el particular el Estado colombiano aun no tiene información, por lo que Santoyo
no ha sido requerido por ninguna autoridad, a pesar de, su connivencia con el
paramilitarismo.
Los buenos
muchachos no solo utilizaron la casa de nari, para delinquir sino que
aprovecharon su condición de funcionarios del Estado para apropiarse de
información privilegiada y utilizarla en beneficio propio en asocio con
organizaciones criminales. Sobre este tema se ha conocido muy poco y es
probable que jamás tendremos noticia cierta de lo que se fraguo. Uno de los que
tiene la respuesta puede ser el ex presidente Uribe o Santos actual presidente
o sin ir más lejos Naranjo jefe de la policía y el mejor policía de mundo, que
no se percato que su institución fue infiltrada al nivel más alto.
Luego
de que, se ha conocido públicamente el accionar de los buenos muchachos, Uribe
se ha desligado de ellos, negando cualquier conocimiento sobre sus actividades
delincuenciales, sin olvidar su férrea defensa que todavía hace de algunos de
ellos como Noguera, Hurtado, Restrepo, Arias. Es casi imposible que sobre sus
subalternos no conociera casi nada. A pesar de esto, los nombró como parte de
su gabinete y buscó por todos los medios alejarlos de las investigaciones, para
ello las embajadas se convirtieron en un sitio adecuado o el asilo.
Pese,
a la gravedad de delitos cometidos por los buenos muchachos y la deslegitimidad
que hechos como estos representan para la institucionalidad, quién fuera su
jefe se escuda en el desconocimiento sobre estas actividades criminales. Sin embargo,
la responsabilidad política le corresponde solamente al mandatario, él fue
quien nombro a quien le dio la gana y se rodeo de sus mejores amigos o ¿socios?
El discurso
que actuó de buena fe, no es válido cuando se habla de la institucionalidad de
un país, el presidente es el máximo garante del orden por lo que debe estar al
tanto de las actividades de sus funcionarios, de otra forma no se explicaría su
paso por la presidencia, hasta el momento se puede entender que Uribe Vélez fue
el invitado de piedra en el solio presidencial o que fue víctima de la empresa criminal los buenos muchachos debido a su incompetencia. La pregunta que queda en el
aire, quién debe asumir la responsabilidad política. Resulta paradójico que
Uribe continúe haciendo política y peor aún que los medios se conviertan en el
resorte de su twitter, sin siquiera una sanción moral o política. ¿Donde están las entidades de control o el ex presidente goza de inmunidad?