Como un viaje en el tiempo y en su formación y crecimiento revolucionario, desde el Bogotazo hasta la actualidad cubana y latinoamericana, resultó el homenaje que se le hizo en la librería argentina Caburé a Fidel Castro.
El modesto acto fue en cambio muy enriquecedor en cuanto a la información, análisis y anecdotario que compartieron el comentarista de la revista Caras y Caretas, Leandro Grille; el politólogo Juan Manuel Karg, y la ex embajadora de Argentina en Cuba Juliana Marino.
Grille inició la disertación recordando la participación de Fidel Castro, como líder estudiantil universitario de 21 años, en las protestas populares y violenta represión que generó en 1948 en Colombia el asesinato del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán, convulsión social que se conoce como el Bogotazo.
Desde aquellos momentos está presente en el dirigente revolucionario el pensamiento y práctica del internacionalismo, destacó el joven periodista nacido en Cuba, donde vivió sus primeros siete años con sus padres, exiliados políticos de la dictadura uruguaya.
Aún, un año antes, se alistó en una expedición para ir a apoyar al movimiento popular dominicano a derrotar al dictador Rafael Trujillo, refirió Grille.
Su praxis internacionalista -añadió- la colocó en el centro de la educación y formación política del pueblo cubano, de ahí la participación y respaldo de este a las luchas contra el colonialismo en África y en apoyo a gobiernos soberanos de otros continentes.
Al describirlo, Grille sintetizó a Fidel Castro como un dirigente de inteligencia excepcional, con un sentido superior de la justicia, de nítida transparencia y estadista incorruptible.
Karg, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Buenos Aires, destacó cómo en los últimos años los principales líderes y dignatarios del mundo, desde Vladimir Putin, Francois Hollande y Xí Jìnpíng hasta el papa Francisco, visitaron al dirigente revolucionario en su casa.
'Tal parece un desagravio y homenaje en vida a una figura trascendental de alcance universal, después de tantos intentos de difamación', consideró el politólogo.
Para Karg, una de las grandes virtudes del líder histórico de la Revolución cubana es su habilidad para convertir adversidades y reveses en victorias.
Por eso -concluyó- su vida y obra son hoy una gran enseñanza para los procesos progresistas en Latinoamérica que están siendo acosados y golpeados.
Rica en anécdotas, la ex embajadora Marino cerró la noche del 'Fidelazo' en la librería Caburé del bohemio barrio porteño de San Telmo.
Repasó las cuatro visitas que hizo la expresidenta Cristina Fernández a Cuba, compartió sus vivencias y experiencias durante su misión diplomática en la isla y describió la participación democrática del pueblo cubano en diseñar su propio futuro.
Grille inició la disertación recordando la participación de Fidel Castro, como líder estudiantil universitario de 21 años, en las protestas populares y violenta represión que generó en 1948 en Colombia el asesinato del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán, convulsión social que se conoce como el Bogotazo.
Desde aquellos momentos está presente en el dirigente revolucionario el pensamiento y práctica del internacionalismo, destacó el joven periodista nacido en Cuba, donde vivió sus primeros siete años con sus padres, exiliados políticos de la dictadura uruguaya.
Aún, un año antes, se alistó en una expedición para ir a apoyar al movimiento popular dominicano a derrotar al dictador Rafael Trujillo, refirió Grille.
Su praxis internacionalista -añadió- la colocó en el centro de la educación y formación política del pueblo cubano, de ahí la participación y respaldo de este a las luchas contra el colonialismo en África y en apoyo a gobiernos soberanos de otros continentes.
Al describirlo, Grille sintetizó a Fidel Castro como un dirigente de inteligencia excepcional, con un sentido superior de la justicia, de nítida transparencia y estadista incorruptible.
Karg, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Buenos Aires, destacó cómo en los últimos años los principales líderes y dignatarios del mundo, desde Vladimir Putin, Francois Hollande y Xí Jìnpíng hasta el papa Francisco, visitaron al dirigente revolucionario en su casa.
'Tal parece un desagravio y homenaje en vida a una figura trascendental de alcance universal, después de tantos intentos de difamación', consideró el politólogo.
Para Karg, una de las grandes virtudes del líder histórico de la Revolución cubana es su habilidad para convertir adversidades y reveses en victorias.
Por eso -concluyó- su vida y obra son hoy una gran enseñanza para los procesos progresistas en Latinoamérica que están siendo acosados y golpeados.
Rica en anécdotas, la ex embajadora Marino cerró la noche del 'Fidelazo' en la librería Caburé del bohemio barrio porteño de San Telmo.
Repasó las cuatro visitas que hizo la expresidenta Cristina Fernández a Cuba, compartió sus vivencias y experiencias durante su misión diplomática en la isla y describió la participación democrática del pueblo cubano en diseñar su propio futuro.
Tomado: Prensa Latina