Esta reforma modificó una norma de 1957, que establecía que ningún chico menor de 14 años podía ser detenido en Israel, no importa el delito que hubiera cometido, según recordó en un informe la Asociación de Derechos Civiles en Israel (ACRI) el año pasado, cuando el Parlamento comenzó a discutir esta reforma.
La nueva ley permite detener a menores de 12, 13 y 14 años que atacan a civiles israelíes y personal militar, pero aclara que da libertad a los tribunales israelíes “para aplazar la fecha de la transferencia del menor condenado de una instalación cerrada a una prisión, reducir la sentencia de prisión del menor condenado o cancelarla”.
Con la nueva norma, los tribunales decidirán si un menor de hasta 12 años puede ser condenado a prisión, pero mientras duren esos “debates” en las cortes, “el menor debe permanecer encarcelado en una instalación cerrada”, según un comunicado difundido por el Parlamento y citado por la agencia de noticias EFE.
La norma, impulsada por la diputada Anat Berko del partido conservador Likud, fue apoyada por 32 votos en la tercera y última lectura, mientras 16 legisladores la rechazaron y otro se abstuvo.
“La ley nació de la necesidad -contó Berko en el comunicado-. Hemos sido testigos de una ola de terrorismo desde hace algún tiempo. La sociedad está autorizada a protegerse. Para aquellos asesinados con un cuchillo en el corazón no importa si el menor tiene 12 ó 15”.
“Hemos sido testigos de numerosos casos en los que niños de 11 años eran suicidas con bomba. Quizá esta ley haga algo para proteger a esos menores de ser empleados para masacrar a gente”, agregó la diputada conservadora.
Pese a la explicación de Berko, Israel no sufre repetidos ataques suicidas con personas con bombas desde los convulsionados y ensangrentados años de la Segunda Intifada.
Ese levantamiento de grupos armados palestinos contra décadas de ocupación militar terminó con unos mil israelíes muertos, la mayoría civiles, en atentados y miles de palestinos fallecidos, también en su mayoría civiles, por la represión generalizada de las fuerzas de seguridad israelíes.
En cambio, la ola de ataques a la que Berko hace referencia fueron cometidos por uno o dos palestinos, sin afiliación política clara, con cuchillos, elementos punzantes, autos y, en muy pocas ocasiones, armas de fuego, que mataron a unos 30 israelíes, en su mayoría miembros de fuerzas de seguridad, colonos y ultraortodoxos en Jerusalén y Cisjordania desde octubre pasado.
Como contrapartida, las fuerzas de seguridad israelíes redoblaron la represión contra palestinos, dejando un saldo final de más de 200 muertos y cientos de detenciones.
Esa ola de ataques menguó en los últimos meses, aunque nunca se detuvo completamente.
Desde antes del comienzo de esta escalada, el Parlamento israelí ya había comenzado con un proceso de endurecimiento de su Código Penal, que según organizaciones de derechos humanos locales y palestinas está penando para aumentar la represión judicial contra la juventud más contestaria palestina, que se resiste a aceptar una ocupación militar que ya lleva casi 50 años.
En julio de 2015, el Parlamento israelí aprobó una ley que permite condenar hasta a más de 20 años de cárcel a alguien por tirar piedras contra vehículos, si la Fiscalía puede probar que tenía la intención de provocar un daño. Si no lograr probar eso, puede recibir hasta una pena de 10 años.
En noviembre pasado, un mes después de que se iniciara la actual ola de ataques, Israel aprobó otra ley que permite condenar a palestinos a un mínimo de tres años de cárcel por el acto de lanzar una piedra a un ciudadano israelí.
Mientras estas nuevas leyes endurecieron dramáticamente el contexto penal, sólo aplican para el territorio del Estado israelí y Jerusalén este, una región palestina reconocida por la comunidad internacional como ocupada pero que Tel Aviv anexó unilateralmente en 1980.
En Cisjordania, otro de los territorios palestinos, la ley militar israelí, el único código legal que rige bajo la ocupación, ya permite hace tiempo detener y condenar a niños de hasta 12 años por lanzar piedras.
Alrededor de 700 palestinos menores de edad son procesados por las cortes militares israelíes en Cisjordania todos los años, después de ser interrogados por soldados durante días, semanas o, a veces, meses, si un juez decide que puede aplicarse la figura de detención administrativa, que permite mantener el arresto sin informar al acusado o a su abogado los delitos que se le imputan o la evidencia que hay en su contra, según la organización especializada en presos palestinos, Adameer.
Desde el 2000, cuando comenzó la Segunda Intifada, más de 12.000 palestinos menores de edad fueron detenidos en Cisjordania y recluidos una temporada en una cárcel militar israelí.
Tomado: Telam/LibreRed.net