Al cumplirse un año de los levantamientos que dieron origen a la guerra civil en Libia y el posterior asesinato de Gadafi por parte de los grupos “rebeldes” tras la arremetida de las fuerzas de la OTAN, y de constituirse un gobierno de transición (CNT), la situación interna se caracteriza por la violencia y la barbarie que las milicias han desatado contra los seguidores del líder libio.
La resolución de la ONU (1973) que permitió la entrada de la OTAN se hizo bajo pretexto de proteger a los civiles víctimas de los bombardeos que según la Casa Blanca el régimen estaba ejerciendo. Sin embargo, cuando la CNT tomo el poder Libia dejó de ser noticia para occidente y los civiles importantes para la ONU.
Las violaciones a los derechos humanos han sido una constante que caracteriza el nuevo gobierno. Se estima que más de 70 mil libios han sido asesinados por los bombardeos de la OTAN y por los “rebeldes”, las detenciones y torturas arbitrarias a los seguidores de Gadafi entre niños, mujeres ancianos sin que hayan sido judicializados, marca el nuevo momento que atraviesa la nación norafricana.
Los grupos que continúan ejercido violencia están integrados por “rebeldes” y mercenarios quienes iniciaron los levantamientos en contra del régimen, apoyados por las fuerzas de la OTAN, que entregaron toda clase de armamento y entrenamiento y aun continúan reclutando jóvenes, creando campos de entrenamiento, que luego salen a ejercer terror y toda clase de abusos en contra de la población civil, se estima que en el últimos mes más de 160, civiles han muerto debido al intercambio de fuego de cohetes, morteros y fusiles automáticos, sin contar los que mueren en las cárceles víctimas de las torturas.
Otros de los grandes problemas que enfrenta la población es el desplazamiento y el bloqueo que están realizando las autoridades en sitios como Misrata con el fin de impedir el regreso a sus casas, para ello han destruidos casas y poblados enteros, y desencadenado una persecución a todo aquel leal a Gadafi.
Las milicias que operan esta zona han establecido lo que se podría llamar campos de concentración, allí son llevados todos los habitantes que desean volver a sus hogares y que no aparecen en los documentos como responsables de algún delito, estos sitios son custodiados por las milicias que ejercen todo tipo de violencia, con saldo de numerosos muertos. Sin que organismo algunos los proteja.
Frente a la barbarie contra la población civil el CNT ha argumentado que perdió el control de las milicias que operan estas zonas. Lo que no es cierto según HRW, aseguró que las autoridades en Misrata sí tienen influencia sobre los 250 grupos que actúan en la zona. Se evidencia es el poco interés por finalizar la guerra interna, las milicias no están dispuestas a entregar las armas y el CNT, le beneficia el desorden, mientras no afecte la salida del crudo, la llegada contratistas, multinacionales que ahora ven en Libia el mejor negocio.
La pregunta que surge es ¿por qué sí la ONU, se adjudico el derecho de defensa de los civiles hoy no actúa y parece desconocer lo que pasa en Libia? Frente a la cruda violación a los derechos humanos. O solo los débiles y derrotados deben rendir cuentas por sus crímenes y afinidades políticas.
Sin duda Libia se convirtió en el escenario donde EEUU, probó sus nuevas formas de coloniaje con el fin de obtener sus recursos naturales principalmente el petróleo, oro y el agua, y al sueño mesiánico de controlar el mundo. Además, de revitalizar la OTAN, pues, con el fin de la guerra fría este organismo perdió valor estratégico.
No cabe duda que EEUU, utilice esta estrategia como lo está haciendo con Siria en otros países no solo del Medio Oriente sino en América Latina, instigando revueltas, descontento social o fraude electoral. Para entrar mercenarios, armar milicias y desestabilizar gobiernos. Los argumentos pueden variar en defensa de los civiles, amenazas terroristas, amenazas a la seguridad nacional de los EEUU, con el fin de tener el control absoluto.