Al menos nueve personas fueron detenidas, mientras que diez resultaron heridas por la embestida de Carabineros con balas de goma y gases lacrimógenos.
El líder del movimiento, Misael Ruiz, dijo que Carabineros dispara a quemarropa. “Es demasiada la represión, demasiado el abuso. Yo estuve con mi gente toda la noche y vi que los disparos que hace la policía son directamente hacia las personas, directamente al cuerpo de la gente.”
Entre los nueve detenidos se encuentran los hijos de los principales dirigentes del bloque social que integran organizaciones de pescadores, campesinos, mujeres, estudiantes, empleados públicos y ambientalistas, entre otros. Marco y Pedro Paredes habrían resultado heridos de gravedad en circunstancias que tendrían relación con choques contra las fuerzas especiales. Por su parte, el director del hospital de Aysén, Héctor Alarcón, confirmó que hay diez personas con heridas producto de los disturbios y dijo que el martes se registraron otros once heridos, entre ellos civiles y algunas personas de la fuerza policial.
El obispo de Aysén, Luis Infanti, señaló que se vivió una verdadera batalla campal en la zona y criticó la reacción del gobierno ante las justas demandas de los ciudadanos.
Infanti afirmó que la rebelión de los ayseninos es consecuencia de la falta de atención del Estado a las zonas extremas del país, afín con el modelo privatizador que predomina en Chile. Al menos 600 personas levantaron varias barricadas incendiarias, en reclamo de medidas para enfrentar la situación de aislamiento de la región, de difícil acceso, donde el costo de la vida es uno de los más altos del país.
El martes, dirigentes sociales alcanzaron un acuerdo en materia de salud con las autoridades, aunque anunciaron que mantendrían las protestas, sobre todo enfocadas en conseguir un subsidio para el precio de los combustibles, que aquí valen más caro que en el resto del país.
Tomado: Tercerainformacion.es