Por segunda vez la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió medidas cautelares para proteger al pueblo wayú asentado en el departamento colombiano de La Guajira, grupo castigado por la desnutrición, subrayaron hoy noticiarios.
Tal acción constituye una ampliación de un fallo similar emitido 2015 por la CIDH a fin de resguardar la vida de los niños y adolescentes de esa etnia asentados en las comunidades de Uribia, Manaure, Riohacha y Maicao; mientras en esta oportunidad la sentencia persigue amparar igualmente a embarazadas y mujeres que amamantan a sus bebés.
Según líderes de esa agrupación humana más de cuatro mil pequeños han muerto debido a la hambruna durante los últimos años, en tanto unas 36 madres fallecieron por esa causa en 2016.
Las gestantes del pueblo wayú radicadas en Manaure, Rioacha y Uribia permanecen en una situación de gravedad y urgencia, toda vez que su vida e integridad están amenazadas, enfatizó la CIDH en un comunicado oficial difundido este miércoles.
Aproximadamente nueve mil mujeres corren riesgo, el Gobierno aún no adopta medidas reales para evitar el exterminio sistemático, los niños siguen muriendo a pesar de esta decisión de la CIDH, comentó el vocero comunitario Javier Rojas -citado por el diario El Espectador-.
La escasez de agua es otro de los males que aqueja a los wayú, hombre poderoso en lengua arahuaca.
Esos hombres y mujeres quienes representan el 44.9 por ciento de la población radicada en La Guajira, perdieron valiosas hectáreas de tierra y el acceso al río Ranchería como resultado de la expansión de los programas mineros.
A pocos pasos de El Cerrejón, entre las reservas de carbón más grandes del mundo, viven una tragedia humanitaria que pudiera poner en peligro su supervivencia luego de varios siglos de historia, alertaron informativos colombianos.
Algunos lugareños responsabilizan al consorcio carbonífero, visto en un inicio como promisoria fuente de progreso y oportunidades para la zona, por la extinción y contaminación de fuentes de agua usadas antiguamente por los pobladores.
Las explosiones con dinamita producen movimientos en la tierra que crean grietas y poco a poco secan los pozos del lugar, aseguró el semanario Voz.
Según líderes de esa agrupación humana más de cuatro mil pequeños han muerto debido a la hambruna durante los últimos años, en tanto unas 36 madres fallecieron por esa causa en 2016.
Las gestantes del pueblo wayú radicadas en Manaure, Rioacha y Uribia permanecen en una situación de gravedad y urgencia, toda vez que su vida e integridad están amenazadas, enfatizó la CIDH en un comunicado oficial difundido este miércoles.
Aproximadamente nueve mil mujeres corren riesgo, el Gobierno aún no adopta medidas reales para evitar el exterminio sistemático, los niños siguen muriendo a pesar de esta decisión de la CIDH, comentó el vocero comunitario Javier Rojas -citado por el diario El Espectador-.
La escasez de agua es otro de los males que aqueja a los wayú, hombre poderoso en lengua arahuaca.
Esos hombres y mujeres quienes representan el 44.9 por ciento de la población radicada en La Guajira, perdieron valiosas hectáreas de tierra y el acceso al río Ranchería como resultado de la expansión de los programas mineros.
A pocos pasos de El Cerrejón, entre las reservas de carbón más grandes del mundo, viven una tragedia humanitaria que pudiera poner en peligro su supervivencia luego de varios siglos de historia, alertaron informativos colombianos.
Algunos lugareños responsabilizan al consorcio carbonífero, visto en un inicio como promisoria fuente de progreso y oportunidades para la zona, por la extinción y contaminación de fuentes de agua usadas antiguamente por los pobladores.
Las explosiones con dinamita producen movimientos en la tierra que crean grietas y poco a poco secan los pozos del lugar, aseguró el semanario Voz.
Tomado: Prensa Latina