El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció este domingo desde la Guarnición Militar de Santiago (capital) que la Nación austral enfrenta un guerra contra un "enemigo poderoso", criminalizando las masivas manifestaciones en rechazo a sus políticas neoliberales.
"Es un enemigo poderoso, estamos conscientes que son grupos organizados (...) Sabemos perfectamente lo que están preparando para mañana; no vamos a permitir que los delincuentes se sientan dueños del país", acusó el jefe de Estado.
Incentivando en su discurso un estigma contra los manifestantes, el presidente Piñera reiteró que no permitirá que vándalos desestabilicen el orden y la democracia, "les garantizo que ganaremos la batalla, nos debemos unir para que mañana sea un día normal", agregó.
"Las fuerzas armadas y de orden, han cumplido de manera ejemplar de acuerdo a la forma en que que la constitución y la ley les otorgan", aseveró el jefe de Estado.
Su pronunciamiento llegó después de que sostuviera una reunión con el cuerpo militar del país, encabezado por el General Javier Iturriga, quien ha contado con el respaldo del Ejecutivo para tomar las medidas que crea conveniente para "la seguridad y estabilidad".
"Mañana no será un día fácil, hemos hecho un esfuerzo muy grande para que la ciudad funcione normalmente (...) Siento como propio el dolor, la angustia y el terror que nuestros compatriotas", puntualizó el presidente chileno.
Tras la alocución, los manifestantes rechazan las acusaciones y se mantienen en las calles exigiendo la salida del Ejecutivo Nacional.
Tomado: Tercerainformacion