Uno de los elementos esenciales en el Acuerdo final sobre el fin del conflicto, fue la participación de la Comunidad Internacional, especialmente Cuba, país que abrió sus puertas para que gobierno y guerrilla se sentaran a dialogar por poco más o menos cuatro años. A este propósito se sumó Noruega, escenario donde se dio inicio a este proceso. Seguido de los países acompañantes Chile y Venezuela. Esto con la participación de las Naciones Unidas.
La ONU, ha participado
en el traslado de los guerrilleros de Colombia a Cuba y viceversa y en la
instalación de los foros junto con la Universidad Nacional que sirvieron de
insumos para desarrollar los acuerdos sobre reforma agraria, víctimas. Sin lugar,
a dudas la participación de la Comunidad Internacional, pone en la esfera
internacional un problema doméstico como lo ha sido el conflicto armado, que en
las últimas décadas se ha desbordado afectando las fronteras de los países
vecinos, generando entre otras, crisis diplomáticas, desplazamiento de
colombianos, lo que supone una crisis humanitaria.
Por otro lado, está la
participación de EEUU, potencia mundial y productor de armas, país hegemon, que
en palabras de Lechner considera a América Latina su patio trasero, por lo que
se cree con el derecho de formular políticas al interior de estos países y en
algunos casos, se puede considerar que gobierna en cuerpo ajeno, impone modelos
de desarrollo, lo que ha llevado a la región a sumergirse en una de las más
inequitativas, lo que explica los altos índices de pobreza y crisis sociales.
Al ser el principal
productor de armas necesita mantener activa su economía, por lo que un
conflicto en la región lo convierte en principal exportador de armas, en este
escenario aparece Colombia, lugar donde EEUU no solo probó su capacidad bélica
en los años 60, que luego traslado a Centro América, lo que le permitió invadir
países como Panamá, Granada y activar dictaduras en el Cono Sur.
Al final de la década
de los noventa estos países habían logrado un nuevo modelo democrático, lo que
disminuía el gasto en defensa, siendo Colombia el único país que presentaba no
solo el problema del narcotráfico, sino de la insurgencia, por lo que se hacía
necesario diseñar nuevas políticas, que justificaran la entrada de grandes cantidades
de armamento de punta, militares y contratistas que enardecieron el conflicto
político, con lo que se ha llamado el Plan Colombia.
Esto provocó una crisis
humanitaria de incalculable proporciones, como las violaciones a niñas por los
militares gringos, los mal llamados falsos positivos, violaciones a los
derechos humanos, detenciones arbitrarias de comunidades enteras, desapariciones
forzadas, desplazamiento entre otras. Estos hechos solo fueron posibles con la
intervención de EEUU y los resultados que debía entregar periódicamente el
gobierno.
Sin lugar a dudas, la
participación de EEUU en Colombia ha sido de primer orden, esta se explica con
las visitas no solo del vicepresidente, sino del presidente Obama, antes y
durante los diálogos de paz, lo que supone que un proceso de paz, no se podía
realizar a espaldas de este, se debía contar con la aprobación sobre todo en
determinados temas como la extradición y la cooperación en contra de los
cultivos ilícitos. Lo que explica por
qué funcionarios del Estado como el fiscal nacional, luego de posesionarse en
su cargo presenta sus credenciales a las autoridades de este país, para acordar
agendas, léase diseñar nuevas políticas para Colombia.
Pese, a lo nefasto que
ha sido para el país la intervención de EEUU, el país continua suplicando
ayuda, ayuda que resulta insignificante frente a lo que el gobierno debe
cumplir como parte del acuerdo de cooperación, ahora y luego de 15 años de
intervención directa de EEUU hacia Colombia, los colombianos nos aprestamos a
ser receptores del nuevo diseño estratégico, el Plan Paz.
Por otro lado, está la
firma del acuerdo de paz y la ratificación en un plebiscito donde los
colombianos de forma autónoma decidiremos, si estamos dispuestos a aprobar lo
acordado, con ello lograr el tránsito de guerrilleros a sujetos políticos con
capacidad de participar en política, o por el contrario no estar de acuerdo en
el fin del conflicto, lo que implica la continuidad de la guerra.
Aquí surge una pregunta
será que EEUU, sigue apoyando a Colombia enviando armas y hombres, con el fin
de dar respuesta a una decisión autónoma de los colombianos, hasta ahora no se ha pronunciado ni el gobierno nacional
ni EEUU, esperemos que si esto sucede nos permitan a los colombianos sobre todo
a los que apoyaron el NO, que nos matemos solos. En este mismo sentido esta la
Comunidad Internacional que pasa si gana el NO, que se va a dar cita en
Cartagena el 26 de septiembre.
Finalmente si bien, es
necesaria la participación de la Comunidad Internacional en la firma del
Acuerdo de paz, le da legitimidad y permite que no se viole lo acordado, lo que
resulta cuestionable es la participación en el evento de organismos como el FMI
o el BM, esto nos convierte en un club imperialista. En este mismo orden sería
la participación de Obama sino viene a pedir perdón su presencia no se
justifica.