El presidente número 44 de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció el discurso de despedida desde Chicago para terminar su gestión en la ciudad “donde todo empezó”. El 20 de enero tomará posesión el republicano Donald Trump, presidente electo en noviembre pasado.
Obama se refirió a las bondades de la democracia. Una de ellas, relató, es la de haber hecho de Estados Unidos un país de migrantes, pese a que su administración es la que más los ha deportado, con 2,7 millones entre 2009 y 2016.
La democracia fue un punto recurrente de su último discurso: “Todos fuimos creados iguales, hechos por el creador para vivir en libertad (…) Nuestros derechos nunca habían sido tan bien ejecutados. La democracia amerita un sentido básico de seguridad”.
El presidente de la democracia “bien ejecutada” incluyó a Estados Unidos en siete guerras durante sus ocho años de gestión y solo en Iraq se superaron los 162 mil militares.
Asimismo, hizo alarde de la reducción de la pobreza, pese a que uno de cada siete estadounidenses se encuentra en estado de pobreza, según la Oficina de Estadísticas de Análisis Económico, y 39,5 por ciento de los estadounidenses depende de cupones de alimentos para abastecer la cesta básica.
“Nuestra economía no crece tan rápidamente como espera la clase media”, dijo el demócrata que encontró la deuda pública en 10,6 billones de dólares y la deja en 18,5 billones.
Obama deja el gobierno con 94 millones de desocupados, no obstante, instó a los “trabajadores a formar sindicatos y que los empresarios cumplan con sus obligaciones para avanzar de la mejor manera posible”.
“El Estado Islámico no puede derrotar a nuestro país”, aseveró el ganador del Nobel de la Paz en 2009 y destacó la lucha contra el extremismo y la intolerancia, sin embargo, durante su gestión rechazó establecer cooperación con Rusia en la lucha antiterrorista.
Tomado: Telesur