Con el perdón de algunos politólogos que hace rato dieron por terminada la época de la Guerra Fría, pienso que es cada vez más evidente que todavía la calentura belicista está muy latente en sectores de gobiernos occidentales encaprichados en un mundo unipolar bajo su tutela.
La última de estas noticias vino desde Varsovia, la capital polaca. El país báltico está siendo literalmente invadido por 4 000 militares norteamericanos y cientos de equipos bélicos en zafarrancho de combate, con el anuncio reiterado de que se trata de «poner freno a la amenaza rusa en la zona».
Esa retórica de «amenaza rusa» no es la primera vez que se escucha en discursos o se lee en documentos oficiales de gobernantes que se aferran a la confrontación, aunque esta pueda ser apocalíptica para la humanidad.
A Rusia, Occidente la ataca por la colaboración de Moscú con Siria en la gran tarea de abolir el terrorismo impuesto por grupos llamados rebeldes, en muchos casos financiados y armados por potencias occidentales.
También a Moscú se le impugna por su decisivo papel en la defensa de los habitantes ruso-parlantes que viven en la frontera con Ucrania.
Y es que la época de la llamada Guerra Fría no se diferencia mucho de lo que sucede en estos momentos cuando la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y la mayor potencia bélica del mundo ejecutan planes y ponen en práctica el envío de tropas y medios a naciones muy cercanas al territorio ruso.
Hay que decir también que la llegada este fin de semana de los primeros contingentes de los 4 000 militares norteamericanos que ocuparán parte del territorio polaco, ha sido motivo mediático para destacar, como lo hace la CNN, lo dicho por la primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, al recibir a los militares norteamericanos.
«Hoy es un gran día en el que podemos dar la bienvenida, aquí en Zagan, a soldados estadounidenses que representan al mejor y más grande ejército en el mundo», dijo Szydlo durante la ceremonia en la nevada ciudad oriental.
En la disertación ante la líder polaca, Paul Jones, embajador de Estados Unidos en ese país, dijo que las tropas recién llegadas representan la «fuerza más capaz de Estados Unidos», y personifican el «fuerte compromiso» de defender a los aliados de la OTAN.
La brigada de combate que arribó a Polonia, proveniente de Fort Carson, Colorado, se dispersará en siete locaciones del este de Europa para entrenamiento y ejercicios con aliados europeos.
Las agencias internacionales de prensa destacan que el convoy militar, que llegó el jueves, es la primera parte de una operación de la OTAN que incluye unos 3 500 soldados estadounidenses, cientos de tanques y vehículos blindados y armamento pesado para fortalecer a los aliados de Europa del Este.
Por su parte, la BBC reporta que la presencia de los norteamericanos, según las autoridades polacas, enviará un mensaje a Moscú. «(Esto) indica que estamos listos para cualquier cosa», le dijo a esa agencia de prensa Jaroslaw Mika, general de brigada del Ejército polaco.
En tanto, se reporta desde Moscú lo dicho por Dimitry Pezkov, portavoz de la presidencia rusa, quien precisó que lo ocurrido representa una «amenaza a nuestros intereses y nuestra seguridad. Es un tercer país que está reforzando su presencia militar en nuestras fronteras en Europa. Ni siquiera es un estado europeo».
Mientras tanto, el vicecanciller ruso, Alexei Mechkov, aseguró que el despliegue de tropas es «un factor para desestabilizar la seguridad europea».
El plan de la OTAN involucra también a países como Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Bulgaria y Hungría, mientras que Reino Unido participará con el envío de aviones de combate al Mar Negro y un batallón de soldados, tanques y armamento ligero será emplazado en Estonia en los próximos meses, apoyado por soldados franceses y daneses. Vale la pena entonces preguntar una vez más: ¿se acabó la Guerra Fría?
Tomado; Granma