Los fuegos cruzados entre la organización palestina Hamas y el ejército israelí sacudieron la madrugada de ayer los territorios a un lado y otro de la frontera en la Franja de Gaza. 180 cohetes partieron del lado palestino hacia Israel, quien respondió con ataques aéreos a más de 150 objetivos. Murieron una mujer embarazada palestina, su bebé de 18 meses y un miembro de Hamas.
La nueva escalada de tensiones comenzó el martes cuando el ejército israelí abrió fuego con un tanque a un puesto de vigilancia palestino, porque interpretó que un ejercicio con fuego real del brazo armado de Hamas ponía en peligro un destacamento suyo. La milicia islamista que controla la Franja de Gaza enseguida prometió represalias, pero éstas no llegaron sino hasta el miércoles por la noche, cuando una lluvia de cohetes cayó sobre suelo israelí.
El Ejército de Israel aseguró que durante la noche fueron lanzados 150 proyectiles hacia su territorio, de los que más de 30 fueron interceptados pero la mayoría cayó en el campo. En respuesta, Israel atacó más de 150 objetivos en la Franja de Gaza. “Sólo atacamos objetivos militares que sin duda eran utilizados por Hamas”, dijo el portavoz militar Jonathan Conricus. Sin embargo, a pesar de las declaraciones de los militares, una mujer embarazada que cursaba el octavo mes de embarazo, Inas Jamash, de 23 años, y su hija Bayan, de 18 meses, perdieron la vida mientras dormían en su casa en un bombardeo que alcanzó Jafarawi, en el centro de Gaza. “No puedo entenderlo. Me gustaría que el soldado israelí que disparó contra mi hermana y mi sobrina pueda sentir por un segundo el dolor y agonía con los que yo ahora tengo que vivir”, dijo a la cadena qatarí Al Jazzera la hermana de la víctima, Iman, con quien Inas había pasado las últimas semanas eligiendo ropa para su segunda hija. El tercer palestino muerto fue identificado por Hamas como Ali Ghandur, un miembro de la rama armada del movimiento, la brigada Ezedin al Qasam.
Ayer por la tarde se instaló una breve calma en el territorio, que terminó con la caída de un cohete palestino cerca de Beersheva, a unos 40 kilómetros de Gaza. El artefacto no provocó daños ni víctimas, pero parecía una advertencia a Israel ya que se trata de la primera vez desde la guerra iniciada en 2014 que se lanza un cohete tan en el interior del territorio del Estado hebreo, en lugar de las proximidades de Gaza. Al final de la tarde, hubo respuesta israelí en la que se atacó a un edificio de cinco pisos donde funcionaba un teatro.
Tras estos últimos episodios de violencia, una asociación de resistencia armada, a la que pertenece Hamas, dio por terminada la escalada de violencia con Israel. “Esta escalada se ha acabado gracias a la mediación internacional y regional”, informaron. Según sus declaraciones, Egipto y el enviado especial de la ONU Nickolay Mladenov habían logrado mediar un acuerdo de alto el fuego entre Israel y las milicias, que entró en vigor por la medianoche local. Mladenov previamente ya había llamado a acabar con la escalada. “Estoy profundamente alarmado por la escalada de violencia entre Gaza e Israel, y en especial por los numerosos cohetes lanzados hoy hacia una localidad del sur de Israel”, declaró el diplomático quien hizo, además, un llamado a la moderación.
“Se ha llegado a un acuerdo de calma a cambio de calma, que comienza a medianoche”, dijo un miembro del comité conjunto de las milicias armadas en Gaza que pidió no ser identificado. El medio digital israelí Ynet señaló que fuentes palestinas confirmaron la entrada en vigor de una tregua, aunque aseguró que portavoces del Ministerio de Exteriores israelí no habían respondido por el momento a preguntas sobre la cuestión. Las informaciones sobre el alto el fuego siguieron, sin embargo, a una declaración en sentido contrario del Gabinete de Seguridad israelí, que tras varias horas reunido con altos mandos de Defensa emitió un comunicado en el que aseguraba que había ordenado al Ejército que continuara actuando con fuerza contra los que llamó los elementos terroristas.
Israel y Hamas mantienen desde la guerra de 2014 un muy tenso alto el fuego, que con regularidad se ve puesto a prueba por actos hostiles a ambos lados de la valla fronteriza israelí que cierra herméticamente la frontera.
El 30 de marzo comenzaron una serie de manifestaciones masivas contra el bloqueo israelí y para exigir el derecho de retorno de los palestinos que fueron expulsados de sus tierras con la creación de Israel, en 1948.
Las tensiones se vieron exacerbadas por el traslado, el 14 de mayo, de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén. Esta decisión, que rompió con décadas de consenso internacional, coincidió con un baño de sangre en el que más de 60 palestinos murieron a lo largo de la valla fronteriza. Desde marzo, el fuego israelí ha acabado con la vida de al menos 165 gazatíes. Un soldado israelí también murió en esos enfrentamientos el 20 de julio, por primera vez desde 2014.
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