Un informe publicado por el diario mexicano El Universal revela la escandalosa y alarmante cifra de abusos sexuales cometidos por la Guardia Fronteriza de los Estados Unidos contra los inmigrantes que cruzan la frontera del país.
El informe publicado el sábado por el diario mexicano El Universal señala, que según datos proporcionados por la Organización de Iniciativas Comunitarias para los Migrantes en Confinamiento (CIVIC, por sus siglas en inglés), la Oficina del Visitador General de Estados Unidos registró 36 000 quejas de abusos físicos y sexuales entre enero de 2010 y junio 2016.
De esta cifra, precisa la publicación, 15 000 casos corresponden a los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU., y unos 10 000 a la Patrulla Fronteriza.
Los acosos físicos y sexuales se realizaron en los centros de detención, instalados en la frontera estadounidense-mexicana, detalla el informe.
“A mí me abusaron en un centro de detención en Texas (…) Lo que no me hicieron en el viaje desde Honduras y México me lo hicieron aquí” en EE.UU., dijo Rosa, una inmigrante de 26 años oriunda de Honduras.
Narrando su experiencia a El Universal, la joven que tenía entonces 16 años, añadió que sufrió abusos físicos y sexuales en tres o cuatro ocasiones más.
La salvadoreña Laura Monterroza cuenta que cuando estuvo en un centro de detención, también en Texas, trató de suicidarse después de ser torturada psicológicamente por los agentes fronterizos porque había denunciado un caso de abuso sexual.
Un empleado de un centro de retención de inmigrantes menores de Arizona, en EE.UU., ha sido acusado de haber abusado de al menos ocho adolescentes varones.
ProPublica ha dado a conocer un reporte en el que se indica que desde el 2014 la Policía ha respondido a por lo menos 125 llamadas sobre delitos sexuales en albergues que hospedan principalmente a inmigrantes menores.
El senador estadounidense Richard Durbin, por su parte, ha pedido a la agencia humanitaria Heartland Alliance de Chicago que investigue supuestos abusos físicos y emocionales que se habrían cometido en algunos de los refugios destinados a niños separados de sus progenitores, resultado de la política de “Tolerancia Cero” de la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump.
Tomado: tercerainformacion