El
Grupo Quimera dialogó con el delegado de las FARC-EP Marco León Calarcá, en La
Habana: Marco Calarcá. A pesar, de los múltiples compromisos, que implica estar
dialogando con el gobierno, accedió a compartir sus puntos de vista, y dijo
estar dispuesto a dialogar con los colombianos que lo consideren necesario.
Esto con la seriedad que implica debatir temas del orden nacional.
A
pesar de que, Quimera no contaba con un reconocimiento ni con cita previa, por
lo que tuvo algunas dificultades para contactar a la delegación de las FARC-EP.
Calarcá acepto sin ninguna exigencia.
¿Cómo entender el momento
actual cuando el gobierno por un lado mantiene una mesa de diálogo en la Habana
y en Colombia los campesinos que protestan por sus reivindicaciones sociales
son reprimidos sin que el Estado reconozca sus demandas?
Esa es precisamente una incongruencia que hemos
señalado. Campesinos mineros, desempleados, educadores, hombres y mujeres
protestan y luchan por conquistar derechos, algunos nuevos otros cercenados y
la respuesta es la violenta represión y no son los golpes o empujones hablamos
de 4 muertos y decenas de heridos en el Catatumbo, hablamos de proyectiles
hechizos para evitar incriminaciones, además muchos heridos y contusos en otras
partes del país. Una de esas demostraciones de valentía había una pancarta que
resume la situación “No se puede protestar pacíficamente con medios que callan
violentamente”. Generar condiciones para solucionar las enormes diferencias
sociales, políticas, económicas y de todo tipo es objetivo de La Mesa en La
Habana, en otras palabras es buscar la solución de las causas de la
confrontación.
¿El discurso del Estado
frente a las manifestaciones sociales siempre lo involucra con la insurgencia
esto con el ánimo de desconocer la protesta social y darle un carácter militar.
Si el tema del agro (tierra) es el eje central de los diálogos, por qué la insurgencia
no puede participar de lo que acontece en el Catatumbo?
Las FARC-EP llevan casi 50 años haciendo
política, defendiendo los intereses populares. En toda la ofensiva mediática se
dice que estamos acabados y derrotados y sin embargo, quieren estigmatizar las
justas luchas del pueblo colombiano ligándolas a la guerrilla. Las
organizaciones populares resisten y exigen sus derechos no necesitan asesorías
ni ordenes. Pretendieron manipularlos con promesas y solo cuando lograron un
verdadero y confiable compromiso de soluciones levantaron los bloqueos, eso es
firmeza. Por eso, ejercemos nuestro deber de manifestar nuestra
solidaridad con esa y todas las luchas.
Claro, hay coincidencia entre los planteamientos farianos y los del campesinado
somos el mismo pueblo colombiano afectado por un régimen que solo vela por los intereses del
establecimiento y las multinacionales, un régimen sin dolor de patria.
¿Qué opinión le merece la
declaración del gobierno sobre la salida de la oficina de la ONU del país?
Le quedó como una retaliación ante la
valoración de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la
ONU sobre la represión ejercida sobre los campesinos en el Catatumbo. Dicho sea
de paso apreciación justa ante el evidente uso excesivo de la fuerza.
Es una salida en falso del gobierno Santos,
frente al manejo de la política internacional de este gobierno es un hecho
extraño, seguramente, la comunidad internacional no lo ve con buenos ojos.
¿Por qué es importante
para el país que organismos internacionales hagan acompañamiento?
En este caso concreto, porque con su veeduría y
denuncia contiene un tanto la actuación del militarismo. No la represión pero
sí las violaciones flagrantes de los derechos humanos.
¿En la actualidad cómo se
pueden interpretar los cambios que se han venido sucediendo en América Latina?
Valoramos como positivos los aires bolivarianos, democráticos
de justicia y bienestar que se sienten en Nuestra América. Gobiernos, unos más
que otros todos defendiendo los intereses de las mayorías y la soberanía
construyendo desarrollo independiente.
¿Cree que Colombia pueda
entrar en estos cambios y retroceder en el modelo neoliberal, cuando el país se
encuentra en manos de las multinacionales?
El gran reto es construir, la historia no
retrocede se puede vivir situaciones similares pero al detallarlas se encuentra
que son peores a lo vivido.
La lucha es por construir una patria para todos
y todas que satisfaga las necesidades sentires y quereres de las mayorías ese
es el objetivo y lo consideramos viable, a través, de la confluencia de las
voluntades y esfuerzos.