De insulto contra el sentido común calificó hoy el presidente de Siria, Bashar al-Assad, las acusaciones sobre el presunto uso de armas químicas contra civiles, mientras advirtió que el país jamás será un títere de Occidente.
Las declaraciones del mandatario trascendieron este lunes de una entrevista publicada por el diario ruso Izvestia, reproducida o destacada aquí por medios de comunicación.
Consideró el mandatario que las imputaciones hechas por la llamada oposición armada y varios gobiernos resultan falsas y absolutamente politizadas, dirigidas a tender una cortina de humo sobre el evidente avance del Ejército Árabe Sirio contra las bandas mercenarias financiadas desde el exterior.
Explicó que la zona del presunto ataque con agentes químicos (Ghouta Oriental, a pocos kilómetros de Damasco) es escenario de fuertes combates entre militares e irregulares, "y ningún país ataca un lugar así con un arma química o de destrucción masiva porque esto contradice la razón y la lógica", refirió.
Sobre el anuncio de un posible ataque militar al país como represalia, al-Assad aclaró que desde el comienzo de la crisis (marzo de 2011), Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña tratan de impulsar una acción de ese tipo, que ha sido frustrada por las posturas de Rusia y China en el Consejo de Seguridad.
Las grandes potencias son capaces de librar guerras, pero no de ganarlas y en el caso de Siria, no pueden saber cuánto se podría extender un conflicto ni cómo ni cuándo terminaría, argumentó.
Al mismo tiempo el gobernante advirtió que si alguien sueña con que Siria pueda convertirse en un títere de Occidente, este sueño nunca se hará realidad.
Somos un Estado independiente, vamos a luchar contra el terrorismo y construiremos nuestras relaciones de manera libre con los países que queremos y teniendo en cuenta el interés del pueblo sirio, recalcó.
Insistió el Ejecutivo en las Fuerzas Armadas se baten contra grupos opositores copados en su mayoría por decenas de miles de mercenarios y extremistas islámicos que portan la ideología de la red terrorista al-Qaeda.
Agregó que aunque las fuentes de financiación de la llamada insurgencia armada se encuentran en el exterior e insisten en dotar a los irregulares con pertrechos y dinero, el Ejército está decidido a frenar sus actividades terroristas y derrotarlos.
De igual forma, el presidente denunció lo que calificó como estrecho contubernio entre Israel y las fuerzas opositoras armadas, a las cuales incluso brindan asistencia médica en sus hospitales, como han reconocido las autoridades en Tel Aviv
Sobre la Conferencia internacional de diálogo de Ginebra, sin fecha precisa aún, al-Assad recordó su objetivo fundamental es respaldar una hoja de ruta hacia el fin del conflicto armado mediante una solución política.
Pero para iniciar ese trayecto, primero hay que dejar de apoyar el terrorismo de las bandas mercenarias estimulado y financiado desde el extranjero; solo después se hará fácil trabajar en los pasos políticos entre las partes sirias sobre el futuro del Estado, la Constitución y otras leyes, analizó.
Tomado: Prensa Latina