La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos explora el contenido de grandes cantidades de correos electrónicos y comunicaciones de textos de los ciudadanos norteamericanos sin autorización judicial, contrario a lo que afirman funcionarios norteamericanos.
Esto proporciona argumentos adicionales para refutar declaraciones recientes de funcionarios de los servicios de espionaje que aseguraron en el Congreso que el público norteamericano no es un objetivo de esas acciones de vigilancia ilegales, señala hoy el diario The New York Times.
La vocera de la NSA Judith A. Emmel aseguró al rotativo neoyorquino que las actividades de esa entidad federal son legales y están dirigidas a obtener información de inteligencia sobre las potencias extranjeras y sus agentes, organizaciones y personas foráneas o terroristas internacionales, pero nunca contra ciudadanos estadounidenses.
El subdirector de la NSA, John Inglis, aseguró recientemente en el Capitolio que dicha agencia no explora el contenido de las comunicaciones personales de los norteamericanos en ninguna parte del mundo sin una autorización legal específica.
Aunque se conoce que esa entidad realiza amplias búsquedas de datos obtenidos en el exterior, el hecho de que inspeccione sin permiso judicial los intercambios electrónicos de los estadounidenses hacia y desde el exterior, constituye una revelación de la verdadera escala de las operaciones secretas de la NSA, agrega el periódico.
Esto constituye además otro elemento en el debate sobre el tema del espionaje doméstico, tras las revelaciones del excontratista de la NSA Edward Snowden, refugiado actualmente en Rusia, acerca de las actividades de la agencia contra la privacidad de los estadounidenses con el pretexto de proteger al país.
Funcionarios del Gobierno dicen que el seguimiento de estos datos que cruzan las fronteras en uno y otro sentido fue autorizado por una enmienda de 2008 a la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, en la que el Congreso aprobó el espionaje doméstico sin necesidad de una orden judicial.
Sin embargo, la legislación aclara que las escuchas y registros de datos electrónicos dentro de Estados Unidos sin una autorización de ese tipo solo sería posible si el objetivo a explorar es un ciudadano de otro país que está fuera de territorio norteamericano, y que las comunicaciones telefónicas no se incluyen en ese acápite.
El abogado principal de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos, Jameel Jaffer, considera que estas actividades de la NSA afectan la libertad de expresión y asociación, porque las personas cambian su comportamiento desde que conocen que sus comunicaciones y actividades son vigiladas.
Según Jaffer, estas acciones ilegales de las agencias de espionaje cambiarán las relaciones entre los individuos y socavan la confianza de estos en el Gobierno federal.
Tomado: Prensa Latina