En Julio de 1971 el gobierno de Allende, con el apoyo unánime del parlamento chileno, nacionaliza por completo la minería del cobre. Esta acción se convertiría en el mayor éxito económico de toda la historia chilena.
El 3 de noviembre de 1970, Salvador Allende asumió la Presidencia de la República de Chile, luego que el Congreso Pleno lo ratificara el 24 de octubre de ese mismo año. En el Congreso Nacional fue investido con la banda presidencial, alrededor de las 11 de la mañana.
Al día siguiente, fue ovacionado por una multitud en el Estadio Nacional, donde se celebraba la asunción al poder por parte del pueblo.
Allende logró el mayor éxito económico y social de la historia chilena, conozca su legado a continuación:
Reforma Agraria
Salvador Allende fue quien profundizó el proceso de reforma agraria del antiguo gobierno, utilizando los instrumentos legales para expropiar todos los latifundios y traspasarlos a la administración estatal, cooperativas agrícolas o asentamientos campesinos. Entre 1971 y 1973 se expropiaron 4 mil 400 predios agrícolas, cuatro veces más que el gobierno anterior, otorgando poder a más de 200 mil campesinos. El viejo orden latifundista que había prevalecido por más de 400 años había llegado a su fin.
Allende presentó un proyecto de ley indígena, el primero en su tipo elaborado por las propias comunidades de base. Allende lo tomó en sus manos y dijo: “Lo hago mío y lo voy a presentar al Parlamento”.
Allende ordenó trasladar el Ministerio de Agricultura a Temuco, para que se aplicara la ley de reforma agraria en todos los predios expropiados y si había tierra que había sido usurpada a las comunidades se les devolvieran antes de proceder a su redistribución. Se logró recuperar alrededor de 150 mil hectáreas de tierras por la vía de la reforma agraria que no estaban destinadas a los mapuche.
La recuperación de la Industria del Cobre
El primer paso del gobierno de Salvador Allende hacia la independencia económica con el exterior fue la nacionalización del cobre, constituyendo así el “sueldo de Chile”. El proceso se realizó mediante reforma constitucional aprobada unánimemente por el Congreso Nacional con la ley del 16 de julio de 1971, que fijaba la expropiación de los derechos de las empresas Anaconda Company y Kennecott Copper Corporation, así como las minas de Chuquicamata, El Salvador y El Teniente.
El pago y procedimiento de indemnizaciones a las corporaciones ocasionaron conflictos en las relaciones con Estados Unidos, puesto que contravenía el acuerdo establecido en el mandato de Frei, según el cual el Estado chileno adquiriría progresivamente el porcentaje restante de las acciones de la gran minería del cobre y mientras tanto, y por un período de once años, ésta debería permanecer bajo la administración de las empresas norteamericanas.
La nacionalización del cobre es considerado el mayor éxito económico de la historia chilena, obra del Presidente Allende, gracias a esta política soberana todos los gobiernos, incluso la dictadura que le siguió pudieron contar con los recursos que jamás hubieran tenido si Allende no hubiera nacionalizado este mineral.
Nacionalización del cobre tocó intereses estadounidenses
El Gobierno anterior a Allende, encabezado por el demócrata cristiano Eduardo Frei, comenzó con un proceso denominado chilenización del cobre, pero en realidad lo que hizo fue comprar más del 50 por ciento de las minas de este mineral estratégico, pagándolas a precios muy superiores a su costo real.
Logró estabilizar tal desfalco con sólo la nacionalización de todos los yacimientos de cobre explotados por las filiales de compañías estadounidenses, tales como: Anaconda y Kennecott.
Allende decidió no otorgar indemnización a estas empresas mineras norteamericanas, debido a que las dos compañías habían ganado en 15 años una ganancia excesiva de 80 mil millones de dólares explotando el cobre chileno.
Pronto, esta decisión de Allende tocaría los intereses norteamericanos y aceleraría un plan fraguado en Washington a finales de 1969, cuando tres generales del Pentágono cenaron con cuatro militares chilenos en una casa clandestina y buscaron cómo frenarlo.
Allí, el entonces agregado aéreo de la misión militar de Chile en Estados Unidos, el coronel Gerardo López Angulo y el Director de la escuela de Aviación Militar de Chile, general Toro Mazote, no sólo degustaban exóticos platos, sino que hablaban de las elecciones presidenciales de septiembre de 1970 y de cómo podrían tumbar a Allende si este resultara electo Presidente.
Mientras uno de los camaradas del ejército presente en la cena preguntó a modo de juego qué pasaría si el izquierdista Allende gana; el general Toro Mazote respondió: “Tomaremos el palacio Moneda en media hora, aunque tengamos que incendiarlo”. Y en efecto, así pasó cuatro años después.
Las reformas de Allende provocaron el Golpe
Las reformas provocaron una oposición que se desarrollaba tanto al interior del país como en el ámbito internacional, en particular EE.UU., que utilizó todos los recursos disponibles para poner fin el gobierno allendista.
El imperio norteamericano promovió y financió a la oposición chilena que, a su vez, impulsaba acciones de desestabilización como paros de transporte y huelgas generales. En el informe “Actividades de la CIA en Chile”, se puede leer: “La CIA también suministró ayuda a grupos militantes de extrema derecha para debilitar al Presidente y generar una atmósfera de tensión”.
Un agudo clima de polarización en el país suramericano y los desequilibrios económicos presentes fueron la excusa para que las fuerzas armadas chilenas, bajo el comando de Augusto Pinochet, se alzaran en un violento golpe de Estado, tres años después de iniciar la administración de Allende.
El mandatario se mantuvo en su cargo hasta el 11 de septiembre de 1973, día en que falleció en el Palacio de la Moneda. El fin de su Gobierno significó la instauración de una de las dictaduras más crueles de América Latina y que duró más de 16 años.
La justa distribución de la riqueza
La Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) llevó a cabo la estatización, que contemplaba la adquisición de las acciones y la intervención de bancos e instituciones financieras, bajo la tutela del Banco Central, de la propia Corfo y de la Dirección de Presupuesto, organismos que destinaron su atención a los programas del área social.
– El Banco del Estado trabajó en los créditos agropecuarios.
– El gobierno de Salvador Allende para finales del año 1971, controlaba el 95 por ciento de las colocaciones y de los depósitos bancarios.
Resultados positivos en su Gobierno:
– El producto bruto aumentó en 8,6 por ciento.
– La inflación se redujo de 34,9 por ciento en 1970 a 22,1 por ciento.
– La reforma agraria había expropiado alrededor de 10 millones de hectáreas, lo cual se traduce a casi la mitad de toda la tierra agrícola del país.
Tomado: Telesur/ LibreRed.net