Los talibanes prometieron ayer una “guerra santa” tras el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de una nueva estrategia para Afganistán. Además, generó preocupación en el vecino Pakistán y una reacción positiva de la OTAN.
Trump dio a conocer en la noche del lunes un fuerte giro en su estrategia para Afganistán y adelantó un mayor compromiso de su país, aunque no concretó cómo se llevará a cabo el refuerzo de tropas ni la duración de la misión. Por su parte, los talibanes prometieron “una guerra santa hasta el último aliento”. El portavoz Sabiullah Mudyahid escribió en un email enviado a los medios: “Mientras un soldado de Estados Unidos permanezca en el país continuaremos con nuestra jihad contra ellos con la moral fuerte, con plena voluntad y más sobriedad”. Además subrayó que los talibanes no están cansados de combatir y si Estados Unidos no se retira, Afganistán será su cementerio. Mujahid aseguró que la liberación del territorio afgano de los invasores supone una obligación religiosa y moral para los afganos.
Poco después, el presidente afgano, Ashraf Gani, agradeció el anuncio que apoya los esfuerzos del país por alcanzar la autonomía y a la lucha conjunta para liberar a la región de la amenaza del terrorismo, según señaló en un comunicado. Según Gani, la nueva estrategia de Estados Unidos en Afganistán pone un énfasis particular en el respaldo al ejército afgano: doblar el número de las tropas especiales, mejorar las fuerzas aéreas o un mayor asesoramiento.
En la nueva estrategia anunciada desde la base de Fort Myer en Arlington, Virginia, Trump se distanció de los objetivos de reconstrucción de Afganistán y centró su prioridad en la destrucción de los extremistas para impedir que se hagan con el control del país. “No volveremos a hacer reconstrucción, mataremos terroristas”, afirmó. “Las represalias serán rápidas y poderosas”, señaló, al tiempo que también explicó que se aumentarán las competencias del ejército sobre el terreno, porque en su opinión el micromanagement desde Washington no gana batallas. Hasta ahora Estados Unidos siempre dijo que el único camino definitivo era una solución política al conflicto, pero ahora se modificó este discurso. “Un día, tras operaciones militares efectivas, quizás sea posible conseguir un acuerdo político con algunos elementos de los talibanes, pero nadie sabe si o cuándo va a pasar esto”, destacó el presidente.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, saludó el anuncio de la nueva estrategia y destacó que la Alianza continúa totalmente comprometida con Afganistán. “Doy la bienvenida al nuevo acercamiento del presidente Trump basado en condiciones para Afganistán y la región. Los aliados de la OTAN y socios ya se han comprometido a aumentar nuestra presencia”. También el gobierno alemán se mostró contento con la decisión de Trump. “Es correcto y el gobierno alemán siempre ha abogado por que el final de la misión esté unido a las condiciones en el país”, indicó la portavoz del gobierno de Angela Merkel.
Previamente los medios estadounidenses habían especulado, citando fuentes del Congreso, con que Trump anunciaría un aumento de las tropas en cuatro mil efectivos. Estados Unidos tiene unos 8500 soldados en Afganistán en una guerra que comenzó hace casi 16 años tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
En su discurso, Trump lanzó una advertencia exigiendo un mayor compromiso por parte del vecino Pakistán, y dijo que Estados Unidos seguirá trabajando junto al gobierno de Afganistán en tanto y en cuanto vea determinación y progreso. En ese sentido, explicó que el gobierno y las fuerzas militares afganas deberán asumir su parte en el combate a grupos terroristas como los talibanes. Dentro de la nueva estrategia, se prevé además que Pakistán asuma mayor responsabilidad, remarcó el mandatario. “Pakistán tiene mucho por ganar como socio. Y tiene mucho que perder si continúa albergando a criminales y terroristas”, dijo. “Hemos pagado miles de millones de dólares a Pakistán mientras, al mismo tiempo, albergaba a los mismos terroristas que combatíamos”, afirmó, y aseguró que eso va a tener que cambiar y va a tener que ser inmediatamente.
Sus declaraciones despertaron preocupación en Islamabad. El gobierno paquistaní sólo comunicó que el ministro de Relaciones Exteriores, Khawaya Asif, viajará pronto a Estados Unidos y hablará allí con su par Rex Tillerson sobre la nueva estrategia. Pakistán seguirá trabajando con la comunidad internacional para borrar la amenaza que representa el terrorismo, añadió.
Los analistas especularon sobre los medios de presión: el analista de seguridad Saad Mohammad consideró que podría haber recortes en la elevada ayuda financiera para los militares paquistaníes. También serían factibles sanciones económicas o el regreso de drones estadounidenses contra extremistas en territorio paquistaní. Trump añadió el lunes que aunque su intención inicial era retirar las tropas estadounidenses del país del Hindukush, tras asumir la Presidencia se dio cuenta que las decisiones son muy diferentes cuando se está sentado detrás del escritorio en el Despacho Oval. En su opinión, una retirada antes de tiempo repetiría la situación del 2011 en Irak, que llevó a un vacío de poder que llenaron los terroristas. “Una retirada apresurada crearía un vacío que los terroristas, incluidos el ISIS y Al Qaeda llenarían de inmediato, tal y como ocurrió antes del (los atentados del ) 11-S. Y, como sabemos, Estados Unidos se fue de Irak de forma equivocada y apresurada”, dijo el mandatario, culpando a su predecesor Barack Obama de esto último. “Ya no vamos a construir naciones, vamos a matar terroristas”, concluyó Trump, y dejó claros los alcances y expectativas de la nueva estrategia.
La web de derecha Breitbart News criticó a Trump por su anuncio sobre Afganistán, luego de que el ex asesor presidencial Steve Bannon regresara a dirigir ese medio tras partir la semana pasada de la Casa Blanca. “El discurso confirmó los temores de muchos de la derecha, según los cuales sin una fuerte voz nacionalista en el ala oeste de la Casa Blanca el presidente volverá al mismo viejo menú que los estadounidenses rechazaron con su voto en noviembre”, escribió.
Según datos de la OTAN, en la actualidad hay unos 12.400 soldados desplegados en Afganistán, para formar a las fuerzas de seguridad nacionales y asesorarlas. Debido al empeoramiento de la situación de seguridad se prevé que el año próximo aumenten a 15.800.
Tomado: Pagina/12