Las elecciones en Angola realizadas ayer dejaron dos certezas. 38 años después, José Eduardo dos Santos abandonó la presidencia por voluntad propia, pero el partido MPLA que gobierna desde la independencia de Portugal en 1975, se descuenta que continuará en el poder. Joao Lourenco, el hasta ahora ministro de Defensa, conducirá el país los próximos cinco años. Como se preveía, estaría sacando una considerable ventaja sobre sus cinco competidores. Es la cuarta vez que se vota en la nación africana, un hecho que deviene de la extensa guerra civil que duró 27 años (1975-2002). Los primeros comicios de la historia en que no se presentó el veterano dirigente - cumplirá 75 el lunes 28 de agosto - marcan un antes y un después para la quinta economía del continente, ubicada solo por detrás de Sudáfrica, Nigeria, Egipto y Argelia.
Estado petrolero por excelencia, su renta mermó de manera sensible en el último lustro por la caída en el precio internacional del hidrocarburo. Pasó de 69.954 millones de dólares en 2012 a 25.935 en 2016. El dato surge del boletín anual 2017 de la OPEP. El nuevo presidente deberá lidiar con este problema, una inflación del 27 por ciento, un índice de pobreza todavía más alto y la corrupción en el Estado contra la que ya dio algún discurso en plena campaña electoral. Aunque Lourenco tomará las riendas del gobierno, alguien tan omnipresente como Dos Santos durante casi cuatro décadas, no se hará a un costado así nomás. Pese a sus problemas de salud –de los que se viene tratando en España– continuará al frente del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA).
El líder del partido que sucedió al primer presidente angolano José Agostinho Neto en 1979, es un hombre previsor. También dejará a parte de su descendencia en puestos clave del Estado. Su hija mayor, Isabel Dos Santos, es la directora de la petrolera estatal, Sonangol. Considerada la mujer más rica del África, Forbes le calculó su fortuna en 3.400 millones de dólares. José Filomeno de Sousa Dos Santos está a cargo del Fondo Soberano de Angola desde 2013 que invierte las regalías que provienen de su petróleo y tiene buenas calificaciones del mercado financiero internacional. En 2016, el país desplazó a Nigeria del primer lugar en el ránking de exportadores africanos de crudo.
Los contrastes de Angola son tan evidentes como la influencia determinante de Dos Santos a lo largo de casi cuatro décadas. Político tan hábil como negociador, se formó en la ex Unión Soviética, donde se recibió de ingeniero petroquímico. Su militancia en el MPLA lo llevó a la lucha clandestina contra el colonialismo portugués. Después a ser un cuadro muy importante en el gobierno revolucionario de Agostinho Neto, en el que estuvo al frente dela cancillería. Combatió con éxito y el apoyo clave de Cuba contra el régimen del Apartheid sudafricano, cuando invadió Angola en los años 80 con respaldo de Estados Unidos. Derrotó a su principal adversario interno, Jonas Savimbi, de la Unita. Primero en las elecciones de 1992 monitoreadas por la ONU y después en el plano militar, cuando aquel no aceptó los resultados y volvió a tomar las armas.
La guerra civil que dejó a cuatro millones desplazados y un territorio plagado de minas antipersonal, derivó en el cese del fuego de 2002. Dos Santos ganó las elecciones siguientes en 2008 y en 2010 modificó la constitución. Había llegado hasta hoy con el 71,84 por ciento de adhesión en los comicios de 2012 y 175 de las 220 bancas puestas en juego. La oposición dice ahora que si Lourenco repitiera un porcentaje semejante de votantes, sería porque el MPLA cometió fraude.
En Angola, con una población estimada para este año de casi 28 millones de habitantes, en la elección de ayer para presidente y legisladores estuvieron en condiciones de votar 9.317.294 empadronados. Es casi un tercio de la población total. Desde la independencia declarada el 11 de noviembre de 1975, el país solo vivió sus últimos quince años en paz. En la constitución angoleña de 244 artículos se establece que además de presidente y vice, se elige también a los 220 diputados que integrarán la Asamblea Nacional, donde el MPLA tiene hasta ahora mayoría abrumadora.
La carta magna sostiene el carácter laico del Estado, la garantía de la propiedad privada, el derecho a la libertad de expresión que sectores opositores cuestionan que no existe y la protección de las lenguas de origen africano, aunque el idioma oficial es el portugués.
Zedu, como le dicen a Dos Santos en Angola, se retira sin zozobras de su larga vida como presidente. En uno de sus últimos actos oficiales, entregó viviendas en el barrio Marconi de Luanda a 2.800 familias. Detrás deja un partido que goza de buena salud, más allá de cierta merma en su caudal electoral. Los principales candidatos de la oposición, Isaías Samakuva de la Unita y Abel Chivukuvuku de la coalición CASA-CE, aspiraban a elevar su representación legislativa sobre el cierre de los comicios. La votación fue supervisada por la Unión Africana y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa. Sus observadores se distribuyeron por las 18 provincias de una nación que eligió a su tercer presidente en 42 casi años de vida independiente y 27 de guerra civil.
Tomado. Pagina/12