Pionyang reiteró, además, sus críticas sobre las posiciones de Estados Unidos en la región del Pacífico y calificó el lanzamiento del martes, como el “primer paso de la operación militar” de su ejército y un preámbulo “significativo para mantener a raya a Guam”.
El proyectil lanzado en la víspera, un misil balístico de medio alcance Hwasong-12, es precisamente el modelo contemplado por el régimen norcoreano en su plan de defensa frente a las maniobras anuales “Ulchi Freedom Guardian", que Washington y Seúl realizan “a las puertas de su territorio”, interpretadas por Pyonyang como “simulacros de invasión”.
"En el ejercicio quedó demostrada la capacidad operativa de las unidades de artillería Hwasong de la Fuerza Estratégica del Ejército Popular de Corea del Norte para una guerra real y la eficiencia de combate del recién equipado misil de medio alcance", indicó el país asiático en un mensaje difundido a través de la agencia KCNA.
El lanzamiento del proyectil, que por primera vez desde 2009 sobrevoló el archipiélago nipón antes de caer al este de la isla de Hokkaido, desató la alarma internacional. Ayer, en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada de urgencia, las potencias pidieron una reacción firme contra el régimen de Kim Jong-Un y consideraron que las acciones de Corea del Norte “son inaceptables”.
Los primeros países que reaccionaron pidiendo la inmediata reunión del Consejo, que cuestiona el desarrollo nuclear de Corea del Norte, fueron Corea del Sur, EE.UU. y Japón. Trump, por su parte, advirtió que “todas las opciones están sobre la mesa”. Hace pocos días había advertido en Twitter que las soluciones militares “ya están completamente preparadas, listas para el combate si Corea del Norte actúa de forma imprudente”.
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