Desde el inicio de la ocupación de Jerusalén Este por Israel en 1967 y hasta finales de 2016, Israel revocó el estatus de residencia al menos a 14.595 palestinos de Jerusalén Este, según el Ministerio del Interior.
Estos palestinos, sigue HRW, se vieron obligados a abandonar su ciudad de origen en lo que supone un traslado forzoso, una violación grave del derecho internacional.
Las autoridades israelíes, según la organización, justificaron la mayoría de los casos porque los palestinos en cuestión no hacen vida en Jerusalén, pero en los últimos años la medida se usó también para castigar a palestinos acusados de atacar a israelíes, así como a los familiares de los presuntos agresores.
“Israel mantiene que trata a Jerusalén como una ciudad unificada pero en realidad hay unas leyes que aplican para los judíos y otras para los palestinos”, dijo Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Medio Próximo.
Unos 300.000 palestinos tienen estatus de residencia permanente pero no son ciudadanos de Israel. Según la ley de 1995, pueden perder el estatus si viven fuera de Jerusalén durante cierto periodo.
Tomado: tercerainformacion